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viernes, agosto 18, 2023

LA PUERTA CERRADA

 


      Una puerta puede tener varios usos; puede separar ambientes, personas, cosas, hechos, recuerdos; también pueden cerrarse y no abrirse nunca más, pueden quedar abiertas o entornadas, dejando la posibilidad de ser traspasadas por alguien que deseamos que lo haga, o por alguien que no esperábamos. 

De cada lado de una puerta pueden existir universos, iguales, distintos, indiferentes.

Una puerta abierta a un ambiente desconocido y en penumbras, provoca una sensación de inquietud, pero si antes de entrar encendemos la luz, la inquietud se puede transformar en novedad, en asombro.


F. B.


Durante toda su niñez, esa puerta siempre estuvo cerrada; pero a fuerza de formar parte de la vida familiar y a pesar de no ser una casa grande, la puerta del dormitorio al final del corredor, Miguel siempre la vio así, la cotidianeidad de no utilizar esa habitación se convirtió en algo que no tenía importancia, no le molestaba, tampoco le provocaba intriga; no obstante, aún se acordaba vagamente de la vez que le preguntó a su madre por esa puerta cerrada, y ella solo le dio una respuesta muy simple.


—Te lo vamos a decir con tu padre, cuando seas más grande, ahora olvídate de esa puerta y de esa habitación. 


La vida de Miguel, fue normal, el tiempo de su adolescencia lo distribuyó entre sus amigos, su estudio, y el deporte, le apasionaba el tenis. Luego,  apareció en su vida una chica, Laura, la cual conoció en la facultad con la que se casó. De este modo dejó la casa junto a su familia y se fue a vivir a un departamento en la capital. Cuando se recibieron de psicólogos, ambos abrieron un consultorio, y no les iba mal, los primeros clientes conformes, les trajeron más clientes, y él completaba un ingreso razonable yendo al hospital. Cuando decidieron tener hijos, algo se interpuso, y no lograron el objetivo; fue entonces que decidieron realizar un viaje a Italia. Programaron visitar, Roma, Florencia y Nápoles, pero deseaban poder recorrer esas ciudades, con tiempo, sin el vértigo de las excursiones y las obligatorias selfies para enviarlas como prueba testigo a sus amigos y parientes. 

Cuando solo les faltaba una semana para su partida, el padre de Miguel, sufrió un infarto, y tuvo que ser hospitalizado, esto hizo que suspendieran el viaje; después de dos meses de terapia intensiva, murió. 

La madre de Miguel era delicada de salud, por lo cual Miguel no podía dejarla sola, con su esposa decidieron mudarse a la casa familiar.

Al poco tiempo, su madre también enfermó por un acv devastador; a pesar de poder atenderla en su casa, su calidad de vida era muy mala, no podía salir de su habitación. 

Miguel dormía con su esposa en la habitación contigua a la de su madre. Una noche se despertó por unos golpes, al ir a ver a su madre, estaba acostada en su cama con su brazo extendido y una mirada de angustia indicando la cómoda, ya no podía hablar; después de que Miguel la tranquilizó su madre se quedó dormida. A la noche siguiente se repitieron los golpes y la misma  situación. Durante cuatro días esto se repitió. 


—Pareciera que necesita decirle algo, —le dijo su esposa a Miguel, tomándolo de la mano.


Esto estalló en la mente de Miguel y esa pregunta de cuando era niño a su madre salió a la superficie "¿por qué esa puerta siempre está cerrada mamá?". De inmediato saltó de su cama, y se dirigió a la habitación de su madre, al abrir la puerta y encender la luz, ella lo estaba mirando con su brazo extendido indicado la cómoda. Miguel abrió y buscó en todos los cajones, y en último de ellos, en su fondo, sacó una pequeña caja de cartón, al abrirla había una llave. Cuando le mostró ese hallazgo a su madre, ella se distendió con una profunda exhalación de aire, y entornó sus ojos. 

Miguel le dijo a su esposa que iría a abrir esa puerta, pero preferiría ir solo.

Cuando la abrió, sus bisagras chirriaron por la falta de uso, y el olor a encierro, demostraba el mucho tiempo transcurrido ocultando lo que allí había. Al querer encender la luz, la lámpara no funcionaba, entonces, caminó a tientas hasta alcanzar la ventana, las cortinas estaban apolilladas y se cayeron cuando quiso correrlas; cuando por fin la abrió, la luz del exterior inundó la habitación. Cuando Miguel observó lo que allí había…





      Cuando una puerta se abre puede desencadenar infinidad de cosas; historias, recuerdos, desencuentros, hechos que se quisieron ocultar por algún motivo honesto, deshonesto, o infame. El paso del tiempo puede provocar que esa historia ya no tenga importancia, o que se incremente el impacto y el dolor que provoca al conocerse. Una puerta que se abre, puede cambiar la vida de aquel que la abre, para bien o para mal.


F.B.


Cuando Miguel vio lo que esa habitación contenía quedó perplejo; sobre una de las paredes, una cuna de madera aún exhibía su color celeste bajo una capa de polvo, el empapelado de las paredes, o lo que quedaba de él, tenía motivos de juguetes, trencitos, autos, bicicletas, pelotas; de la lámpara, colgaba un adorno de pajaritos y estrellas de papel, sostenidas por hilos balanceándose por la brisa de aire fresco que ingresaba por la ventana abierta. Sin duda, todo lo que allí había alguien lo había dejado para congelarlo en un momento del tiempo.

Miguel llamó a su esposa para tratar de entender; cuando Laura entró quedó sorprendida como él, frente a la cuna, había una cómoda, cuando Laura abrió uno de sus cajones, estaba repleto de ropa de bebé color celeste.

Ambos se miraron sin terminar de comprender.


—No recuerdo haber tenido hermanos, siempre me trataron como hijo único —dijo Miguel mirando a su esposa asombrado, y entendiendo además, que ya no tenía posibilidades de obtener una respuesta por parte de sus padres.


Pero faltaba lo esencial; cuando Laura se acercó a la cuna, algo le llamó la atención; sobre la almohadilla polvorienta, acomodada sobre el respaldo había un sobre. Laura lo tomó y se lo dio a su esposo. Miguel, acercándose a la luz de la ventana para ver mejor, sopló el sobre para quitarle la tierra y abrirlo. Cuando extrajo la carta, esto decía:


Antes de presentarles a ustedes, el contenido de esa carta, queridos lectores, quiero hacer un paréntesis para considerar el valor de las ya deshuesadas cartas, las cuales, durante muchísimos años, constituyeron el contacto primordial a la distancia entre las personas. Debo decirles, que es una pérdida importante no poder recurrir, al menos alguna vez, a este sistema de comunicación que posee una característica diferente a la comunicación instantánea de hoy en día. Escribir una carta, de puño y letra, nos permite volcar allí algo más que una historia, una propuesta, un saludo, un deseo, un sentimiento; una carta, nos brinda la posibilidad de dejar por escrito, en esas oraciones, nuestra presencia a la distancia con el otro, porque cuando escribimos nuestra mente vuelca en ese papel nuestros sentimientos más profundos, o nuestras mentiras más audaces que son muy difíciles de disimular. Una carta es un documento de vida, una declaración de intenciones, un testamento. 


Querido hijo, si llegas a leer esta carta se debe a que por algún motivo no hemos podido hablarte en persona sobre este tema.

Cuando termines de leerla comprenderás por qué no podíamos decírtelo antes.

Al año de casados esperábamos un hijo, cuando nació le pusimos de nombre Miguel, como a ti, era un sol, y lo amábamos con todo nuestro corazón, como a voz; después del parto los médicos nos dijeron que no podríamos volver a tener hijos, esto al principio no nos preocupó demasiado, pero lo que no imaginábamos ocurrió; lamentablemente cuando solo tenía un año de vida, nuestro único hijo enfermó de pulmonía, y los médicos nada pudieron hacer; quedamos destruidos, ya no podíamos continuar con nuestras vidas.

Un amigo de tu padre al vernos tan deprimidos, nos comentó de una posible solución, pero era algo que está legalmente prohibido; lo meditamos muchísimo, pero por fin nos decidimos y lo hicimos a pesar de los riesgos, fuimos muy egoístas, pero estábamos desesperados. 

Tú eres un clon de nuestro primer hijo. 

Esta carta la hemos escrito hoy, en tu primer año de vida, esperamos que cuando la leas, tu vida hasta ese momento haya sido feliz. 

Para nosotros Miguel, tú fuiste y serás en el futuro, siempre nuestro único y primer hijo, y desde el primer día te hemos amado con todo nuestro corazón. 

Con todo nuestro amor, tus padres.


Estimado lector, ¿qué haría usted, ante tal noticia?, saber que somos la réplica exacta de otro ser creado por la mano del hombre, no de la naturaleza, o de Dios.

Muchos interrogantes nos enfrentan a los avances de la ciencia, y no se si estamos preparados para enfrentar ciertas cosas como bien puede ser esta, la clonación de seres humanos, lo cual podemos prohibirlo, pero difícilmente podemos impedirlo.


F.B.



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