Cuando la reina llegó a la casa de IA su cólera era infinita; justamente le pasaba esto a ella, que jamás había pisado el barro en toda su vida; sus sirvientes le habían tenido terror; tener que recurrir a un insignificante peón pidiendo ayuda, era intolerable, pero otro solución no encontraba. Cuando estaba a punto de llegar por culpa del resbaladizo piso, se cayó sentada…maldijo al mundo entero, con improperios jamás escuchados, pero quién la podía escuchar si no quedaba nadie en su reino.
Cuando llegó a la casa de IA golpeó la puerta y esperó. IA cuando escuchó que alguien llamaba, imaginó que no había quedado solo, pero cuando abrió la puerta de su casa, por poco se cae de espaldas, el aspecto de la reina era más que lamentable, era un estropicio.
—Puedo pasar, —dijo la reina autoritariamente.
—No —le dijo IA a la señora.
En aquellos tiempos, los reyes y la corte que los rodeaba, no pedían permiso, tampoco decían perdón, ni gracias, ni señor, señora o señorita. Era la costumbre; hoy serían algo así como… maleducados importantes; para referirnos a estas personas en forma respetuosa.
—¡Porqué! —gritó la reina golpeando con su pie el suelo, no ves en el estado en el que me encuentro.
IA, que siempre fue respetuoso, le dijo:
—Es justamente por eso señora, que no puede usted pasar, recién terminó de limpiar el piso, y no deseo que usted lo ensucie con barro.
La reina, que estaba por estallar de rabia, se contuvo, y utilizó uno de los estilos de persuasión más antiguos que la injusticia; dar lástima.
—IAITO, estoy desesperada, el rey me abandonó a mitad del camino, estoy mojada, hace frío, tenme piedad.
IA, que ya conocía a la reina, desde hace mucho, le permitió pasar, bajo una sola condición…que se quitara los zapatos.
Una vez que la reina entró esto pasó.
La reina, jamás había entrado a la casa de ninguno de sus peones; y lo que vio allí, le resultó extraño, y sorprendente a la vez. La casa no era grande, se podría decir que bastante chica, pero comparada con el castillo su tamaño era insignificante.
En cuanto al tamaño de las cosas, todo es muy relativo, como en el mundo de los animales; un elefante es enorme con respecto a una pequeña hormiga; pero ambos poseen un corazón… ¿o no?.
Bueno, si buscamos en Wikipedia, estos nos dice:
"Las hormigas (Formicidae) son una familia de insectos eusociales que, como las avispas y las abejas, pertenecen al orden de los himenópteros. Las hormigas evolucionaron de antepasados similares a una avispa a mediados del Cretáceo, hace entre ciento diez y ciento treinta millones de años, diversificándose tras la expansión de las plantas con flor por el mundo. Son uno de los grupos zoológicos de mayor éxito, con unas catorce mil especies descritas, aunque se estima que pueden ser más de veintidós mil. Se identifican fácilmente por sus antenas en ángulo y su estructura en tres secciones con una estrecha cintura. La rama de la entomología que las estudia se denomina mirmecología".
No nos queda muy claro si poseen corazón o cerebro, pero en particular a mi me asombra su sistema de vida, que siendo tan antiguo, aún funciona, y muy bien. Lo que no podemos saber es…si son felices. Por esto estoy pensando que a pesar de comerse las flores de mi jardín, tienen derechos… me pregunto si tendrán obligaciones.
Tal vez su obligación sea molestar a los humanos, o alimentarlos.
Está por verse; todo depende de los humanos.
Está por verse todo; depende de los humanos.
Continuará
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