Tanto Esteban como Juan estaban experimentando una serie de hechos muy traumáticos y a su vez sorprendentes; de un momento a otro perdieron una familia a la que apreciaban, la de Sol y Luna; después, el reloj los transporta a un lugar a miles de kilómetros de distancia del anterior y en un momento del pasado también a miles de años, o siglos de separación; sumado a la absoluta sorpresa de ser recibidos como visitantes a los que se estaba esperando; incluso el hombre anciano, se refirió a ellos como viajeros del tiempo; y para colmar todas las expectativas les presentan a dos chicas, hermanas, a semejanza de Sol y Luna, por las que sintieron una sensación de haberlas conocido desde hace mucho tiempo. Pero ninguno de los dos estuvo jamás en algún lugar de Oriente.
Después de la reunión con el señor Xe, un criado o ayudante de la casa los llevó a otra casa muy similar, en donde le explicaron siempre con señas, que allí podían vivir.
—Creo que por hoy tengo suficiente —dijo Juan exausto— me acostaré a descansar, no sé tú.
—Yo también —dijo Esteban abrumado— este día ha sido demasiado para mí, tengo sensaciones mezcladas entre tristeza y asombro.
Algo de historia que debemos saber y también convendría ampliar, porque son hechos deslumbrantes realizados por la inteligencia y tenacidad del hombre.
Uno de los productos que se desarrolló en tiempos remotos del pueblo Chino, fue la seda, cuya fibra la produce un insecto, el gusano de seda (Bombyx mori). Las características de las telas de seda, gracias a su altísima calidad y prestaciones, ha sido un producto codiciado en todo el mundo, hasta el presente.
Pero su comercialización no solo benefició a sus productores, también permitió el desarrollo de otros aspectos que beneficiaron a China.
Con el nombre de “ruta de la seda” se entiende el desarrollo que su comercialización provocó en otras regiones; y como esto benefició a China dándole: Prosperidad económica, desarrollo de ciudades, intercambio de tecnologías, difusión de la cultura China, enriquecimiento cultural, fortalecimiento del imperio, expansión territorial, relaciones diplomáticas etc.
Es muy impresionante lo que un pequeño e insignificante gusano ha hecho con su trabajo diario e ininterrumpido a una cultura milenaria como la China.
Otra de las cosas que formaban parte de la cultura China era tomar té; pero no se tomaba como una degustación, cumplía otras funciones.
El té era mucho más que una simple bebida. Era un símbolo de salud, conexión con la naturaleza y simplicidad.
Un descubrimiento Chino fue la pólvora, este explosivo trasladado por la ruta de la seda provocó acontecimientos trascendentales. Al principio se utilizó con fines festivos pero rápidamente se convirtió en un poderoso elemento con fines bélicos.
Su impacto en la historia fue muy importante en la guerra, en la industria y en la colonización.
En aquellos remotos tiempos de la historia de China se desarrollaron muchas cosas de importancia y magnitud como lo son:
La pólvora, el papel, la imprenta y la brújula.
La gran muralla, su construcción, propósito y significado.
La ruta de la seda cómo conectó a China con el resto del mundo.
La filosofía confuciana y su influencia en la sociedad china.
A este mundo de cambios y desarrollos de muchísima importancia desembarcaron Esteban y Juan de su viaje por el tiempo. Pero por esas cosas del destino, el pueblo que les tocó en suerte, o porque alguien desconocido lo quiso así, ciertas personas influyentes, tal vez por sus creencias religiosas, esperaban su llegada. Para ellos eran viajeros del tiempo, desde un primer momento los trataron como personas de la nobleza.
Cuando despertaron esa mañana, en sus habitaciones entraba una luz agradable y una brisa con aroma a flores silvestres, una amplia ventana les permitía ver un valle verde entre montañas que era excepcional.
Un joven asistente se presentó y les indicó el lugar donde había una gran piscina con agua tibia para que pudieran asearse, después los agasajó con un desayuno compuesto por una sopa espesa exquisita y frutas, luego apareció otro asistente con un par de prendas para vestirlos.
Cuando estuvieron listos, los dos asistentes, los condujeron por una callejuelas del pueblo que eran muy pintorescas hasta llegar a una casa muy antigua, cuando entraron estaba el señor Xe, que los saludó inclinándose con mucho respeto; los dos amigos reiteraron el saludo también inclinándose y después los hizo pasar a un amplio recinto en donde había una señora y tres hombres todos mayores. De inmediato los cuatro se inclinaron ante su presencia y Esteban y Juan reiteraron el saludo respetuosamente.
El señor Xe, después se retiró dejando al grupo a solas. Lo que ocurrió allí, los dos amigos ni remotamente se lo podrían llegar a imaginar; estas cuatro personas podían intercambiar frases e ideas con ellos sin hablar, solo mirándolos a los ojos.
“Los estamos esperando desde hace muchísimos años” —dijo la señora.
“Estamos agradecidos por su visita” —dijo el más anciano.
Esteban miró a Juan, absorto, y le dijo en voz baja:
—Lo mejor será decir toda la verdad, creo que estas personas poseen una mente muy superior.
—Coincido Esteban, cuenta toda la historia con lujo de detalles.
“Eso es lo que pretendemos conocer de ustedes, viajeros del tiempo”, dijo el señor más alto sin hablar, solo mirando a Esteban.
Después que Esteban contó toda la experiencia desde el descubrimiento del reloj incluido lo vivido con Sol y Luna; los cuatro ancianos se miraron y nuevamente la señora dijo:
“Son muchas las cosas que queremos preguntarles, pero en primer lugar quisiéramos conocer ese artefacto al que ustedes le dicen reloj”.
Esteban de inmediato lo sacó de su bolsillo y se los mostró al grupo; estos, lo miraron sin tocarlo como quien observa una revelación astral.
“Ustedes han sido elegidos por el dueño del universo”, dijo sin hablar el señor más alto.
“Son muy afortunados por haber sido elegidos”, —dijo el señor que hasta ese momento no había hablado— “pero la responsabilidad que el dueño de todo les ha dado, no deja de ser una carga enorme”.
“Creemos que sí” —dijo Esteban— “pero cuando decidimos hacerlo, éramos mayores como ustedes, y no teníamos nada que perder, sin embargo, aún no somos muy conscientes de que debemos hacer, que es lo más correcto”.
“Lo más correcto es hacer todo lo que sus nobles corazones les indiquen” —dijo el hombre más anciano— “el dueño de todo les dio esa responsabilidad por algún motivo.
“Creo que tenemos mucho tiempo para saber más cosas”, —dijo la señora— “no queremos agotarlos, ustedes son nuestros huéspedes. Nuestra única inquietud, es saber qué cosas son las mejores para nuestro pueblo, con eso nos conformamos, no nos interesa ni el poder de la naturaleza, u otra riqueza, somos personas de bien que pretendemos que nuestras familias sean felices viviendo de lo que la naturaleza nos brinda”.
“De nuestra parte, les diremos todo aquello que sabemos” —dijo Juan.
“Nos gustaría en primer lugar que las hijas del señor Xe les muestren todo nuestro pueblo, —dijo el señor más alto— “y el trabajo que hacemos, también queremos que vean nuestro proyecto más ambicioso, la muralla, que no se terminará durante nuestras vidas. Por ahora nada más, esperamos que su estadía sea confortable”.
Después de terminada la reunión, el señor Xe, vino a buscarlos y les indicó que el almuerzo estaba preparado en su casa.
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