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martes, agosto 31, 2021

EL CABALLERO DE LA TRISTE FIGURA (comentario de libro)

 


La magistral novela de Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, me ha resultado atractiva transportándome a un tiempo lejano de costumbres de las mujeres y los hombres de la campiña Española en el siglo XVI.

Pero el principal logro de su autor, es haber podido pintar un personaje gigantesco, así es, tan gigantesco como sus hazañas valerosas de un buen hombre loco, si, loco, pero noble, valiente, caballero y bondadoso, también muy pobre de calcetines zurcidos y cabalgadura grotesca pero imposible de subestimar; Rocinante era en la imaginación de Don Quijote un potro pura sangre y tan valiente como su dueño.

Que puedo decir de Sancho Panza, compañero sincero, bonachón y dueño de su vida, amante del queso, del jamón y del buen vino, colaborador incansable de su orgulloso caballero, amante de la siesta y buen cuidador de su asno, que si bien quizás no era muy gallardo, como transporte en esos caminos polvorientos era inmejorable.

Este hombre, reitero hombre , al cual no puedo subestimar y decirle "personaje", porque para mi era un hombre encarnado, que me animo a decir que vivió y murió en aquella vieja España, y como bien dice su creador, vivió loco y murió cuerdo, llorado por los que bien lo querían como es lógico que lo lloren a los grandes hombres, porque Don Quijote, les aseguro era un gran hombre, cuyos huesos descansan seguramente en muchísimas tumbas ya olvidadas pero tan reales como su valor en este mundo de hombres y mujeres por lo general débiles, que pretenden vivir solo de su apariencia, y lo único que logran en mostrar una máscara de cartón pintarrajeada.

Aplaudo de pie a esta obra magistral y completa que me brinda las ganas de continuar viviendo en nuestro mundo humano tan hostil como aquel mundo del caballero de la triste figura, pero de alma tan dura, pura y brillante como el más grande de todos los diamantes extraídos de nuestra pobre tierra.


Unas palabras para el señor Andrés Trapiello, traductor de esta enorme obra. Su labor estimado caballero, enaltece el idioma castellano. ¡Muchas Gracias!

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viernes, agosto 27, 2021

ACTORES



Juan era el impulsor de todos los proyectos del grupo, Daniel, cumplía las veces de administrador, controlando ingresos y gastos, Esteban era el especialista en decorado y vestimentas, Laura, solo una soñadora.


Para los cuatro amigos el teatro era su mundo, su vida, sus sueños, pero no su subsistencia. El tema de subsistir no era tema de conversación, el centro de sus charlas siempre giraban en torno al teatro, solían recordar una gira cuando jóvenes por Centroamérica con un éxito relativamente bueno, si no hubiera sido por el delincuente de su representante que desapareció con toda la recaudación de una temporada quizá hubieran podido haber actuado en México y desde allí estaban a un paso de Nueva York, pero el destino no lo quiso. Luego se conectaron con otro representante aquí en Buenos Aires, peor que el anterior. Desde entonces decidieron ser sus propios vendedores,  por lo cual la compañía cerraba todos los flancos estratégicos, representación, producción, puesta en escena, decorado, vestuario, y libreto, excepto, venta de entradas, acomodador e iluminación.


Tenían la grata costumbre de reunirse por lo general en la casa de Laura la cual sabía preparar unas cenas dignas de reyes, Daniel era el experto en vinos, y jamás fallaba en la elección. 


Las charlas y las anécdotas risueñas duraban hasta la madrugada todos los sábados por medio.


Esa noche cuando llegó Juan, antes de cenar los reunió para darles una novedad increíble, se había conectado con un futuro productor de teatro que ahora administraba un colegio privado que quería montar una obra teatral, en principio en el mismo colegio en donde trabajaba en la zona de Belgrano para una prueba previa, y si salía bien encarar algo de mayor envergadura. 


¿Qué obra? preguntaron todos, ¡no se imaginan!, el libreto es por nuestra cuenta.


Esa noche sus mentes, volaron, obras clásicas, modernas, autores famosos y también otros no muy conocidos, hasta que en un momento Daniel, bajó a tierra a todos, y dijo, golpeando su vaso para que se hiciese silencio, amigos, pensemos racionalmente, debemos de pensar una obra que vaya con nuestra edad, no podemos arriesgarnos, tenemos que ofrecer algo que nos resulte sencillo, estoy pensando en la obra de Esteban "tres reyes y una reina", que nunca la pudimos estrenar y creo que nos cae magnífica.


Me parece bien dijo Juan, el único problema es conseguir los trajes, por el decorado no se preocupen, dijo Esteban, solo necesitamos un telón bien oscuro de fondo y el trono de la reina ampuloso y dorado, de mi parte dijo Daniel, yo me encargo de la vestimenta, conozco un proveedor de vestuario que trabaja en el teatro Colón, que por pocos pesos me consigue hasta las armas verdaderas, las  dos lanzas y las cuatro espadas.


¿Quién realizará el papel de la reina? preguntó Laura sonriente, a alguien encontraremos, dijo Juan, y todos rieron ilusionados con este nuevo proyecto a una edad en que las oportunidades no abundan. Pero para los cuatro no se trataba este trabajo actoral de una solución por necesidad de dinero, no, su ilusión era poder actuar y sentir al menos una vez más el aplauso del público.


Durante un mes, se reunieron día por medio para ensayar, la obra escrita por Esteban contaba de cuatro actos, y trataba de tres reyes que declaran su amor a una única reina, la cual en el último acto debe decidir por uno de ellos, y esto implicaba dejarse llevar por su corazón o salvar al pueblo de su reino.


Una semana antes tuvieron la posibilidad de realizar un ensayo general en el pequeño teatro del colegio para familiarizarse con el escenario y de paso los acompañó Don Miguel, el iluminador y sonidista, con su camioneta, la cual utilizaba para realizar fletes durante el día y por las noches poder llevar su viejo equipo para animar fiestas infantiles.


Esa misma noche Juan llevó a la casa de Laura toda la ropa, incluido, pelucas, sombreros, coronas y armas, cuando se la colocaron para probar que todo estuviera de acuerdo con sus talles, se miraron entre sí y por poco lloran de alegría, Juan realizó un saludo reverencial con su espada a la reina, que todos aplaudieron.


Llegó el día, y lo peor de las actuaciones son los diez minutos previos al comienzo, Esteban dijo, que estimaba que había unas treinta personas, que eran los padres de la última actuación de los chicos de sexto grado.


Se abrió el telón y los cuatro actores, realizaron su obra en forma impecable, solo dos pequeñísimos errores imperceptibles de Daniel, y otro del iluminador, que también pasó inadvertido.


Tal vez cuatro actos fueron demasiado largos para algunos padres después de ver todas las actuaciones de los chicos, porque para el último acto que se trataba justamente del desenlace de la obra se retiraron muchos quedando solo diez espectadores. No obstante el aplauso duró lo suficiente para dejar conformes a los artistas.


Al día siguiente, quedaron con Juan de encontrarse para saber si el señor del colegio querría repetir la obra. Juan sentó a los tres en la sala, y les dijo, ¡quiere otra función! todos aplaudieron y rieron de alegría, solo me dijo que tratemos de acortar un poco los diálogos del segundo y tercer acto, ¿qué te parece Esteban? pienso que no hay problema. ¿En qué  sala será? le preguntaron a Juan. Bueno, esta vez consiguió un cine en Floresta, él se encargará de promocionar la obra, quiere un 30 % de la recaudación y nosotros nos hacemos cargo del iluminador, y el vestuario, a mi me pareció desproporcionado, pero le dije que lo consultaría con ustedes. Los cuatro se miraron y actuar para ellos era más importante que el dinero.¡Hagámoslo! dijo Laura,...si la reina lo dice, dijo Juan, ¡lo haremos!


Una semana antes a la función, fueron a ver el lugar con Don Miguel en su camioneta, el cine no estaba abandonado porque por las noches realizaban reuniones de gordos anónimos, pero las butacas estaban bastante mal,  no resisten tres funciones, tenía una capacidad para 150 personas, subieron al escenario y observaron que tendrían que agregar una alfombra porque algunas tablas estaban muy deterioradas, yo me encargo dijo Esteban, quisieron probar el telón pero jamás había existido, por lo cual, la única solución era oscurecer el escenario entre acto y acto. No está tan mal dijo Laura, una buena actuación, suplanta todo.


Llegó el día, la prueba de sonido e iluminación estuvo perfecta, no había camarines, pero si había una pequeña sala detrás del escenario, que cumplía perfectamente con la función. 


Cinco minutos antes Juan se asomó disimuladamente, y no había nadie, esto le extrañó mucho y llamó por su celular al señor del colegio, el cual se había disculpado en ir y envió en su lugar a un sobrino que atendiera la boletería. No entiendo, le dijo el señor, hicimos incluso una publicación en un diario zonal, es muy extraño, el horario es el correcto. Juan estaba hablando cuando sintió un bullicio en la boletería, alguien entra les dijo a sus compañeros, todos tenían sus atuendos puestos.


Solo entraron cuatro muchachos, con latas de cerveza, y se ubicaron en la segunda fila, eran cuatro groseros que colocaron sus pies sobre las butacas y se reían seguramente producto del alcohol. 


¿Qué hacemos, dijo Daniel? me temo que no viene nadie más. ¡comencemos! dijo laura, ¡somos actores o no!


Una señal, y se encendió la luz del escenario, el primer acto transcurrió bien, solo con unas risotadas de uno de los muchachones, ya en el segundo acto, los cuatro borrachines se habían puesto algo insolentes, riéndose los cuatro. Esteban en el entreacto, dijo mejor no sigamos, a lo que Laura contestó, si pagaron por nuestro servicio nosotros haremos lo que nos corresponde de la mejor manera.


El tercer acto fue insoportable por la insolencia de los cuatro muchachos, pero solo faltaba el último que lo remataba Laura, solo con una simple frase.


Durante la mitad del último acto, uno de estos energúmenos, gritó, lo que no debía haber gritado.


¡VIEJA FRACASADA!


Laura, recibió el golpe, y quedó su mente en blanco, no recordaba nada más, algo en su interior se había roto para siempre, son esas cosas delicadas para una mujer que cuando se rompen no se pueden componer.


Daniel subsanó el momento con la reverencia que le correspondía y la luz del escenario se apagó.


Los tres amigos varones ya sabían lo que hiban a hacer, Daniel se apresuró a cerrar la puerta de la sala con una cadena, después desenvainaron sus espadas que brillaban iluminadas con los focos de Don Juan; sus caras de locos de atar fueron suficientes para que estos cuatro maleducados se aterroricen queriendo salir de allí desesperadamente, al no poder, y comprobar que estos tipos venían por ellos con semejantes armas, se orinaron encima, como lo hacen todos los cobardes del mundo.


Juan gritándole que los decapitaran arrojó su lanza próxima a ellos la cual se incrustó en una puerta, cuando pudieron desatar las cadenas los cuatro borrachines, corrieron desesperados a la calle.


Parecía que este hecho había pasado sin mayores consecuencias, y continuaron  otras reuniones en la casa de Laura, pero para ella, lo sucedido esa noche no fue tan simple de olvidar.


En las últimas reuniones, ya no se hablaba de teatro, solo de asuntos cotidianos. A pesar de hacer todo lo posible los tres varones, no lograban poder ver nuevamente los ojos de alegría de Laura de otras épocas, incluso las cenas, preparadas por ella, no tenían la misma calidad de otros años.


Así ocurren los desenlaces en la vida, la ilusión de las personas nobles puede ser traicionera, y a Laura le pasó justamente eso. Su ilusión de artista se frustró para siempre aquella noche.


No pasó ni siquiera un año y fue ella la primera en retirarse de ese grupo teatral, dejando a sus tres reyes solos y sin armas,.. tal vez para actuar  en otros teatros muchísimos más grandes que en el pequeño escenario de nuestras vidas.


FIN






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