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viernes, julio 16, 2021

LA FIRMA DE FM (final)

Habían pasado varios meses de la entrega del trabajo cuando FM recibió una carta que pertenecía a su amigo Paul, y decía así:


"Estimado maestro de maestros con profundo pesar debo decirte que mi último negocio fue descubierto, seguramente cuando leas esta carta estaré en prisión, por lo que sé, la policía ha seguido el rastro de nuestro último trabajo y más temprano que tarde llegarán a ti, lamento que nuestra larga amistad termine de esta manera, no me ofenderé si declaras desconocerme, pero la situación es compleja, porque una mujer que poseía en su colección privada uno de los cuadros, se enteró de que uno igual lo había adquirido un billonario que lo publicó en Internet, lo que siguió puedes imaginarlo".


A los pocos días se presentó en la casa de FM un patrullero y dos policías con una orden de allanamiento, revisaron todo incluido el atelier del patio trasero, se llevaron varios cuadros y a FM, esposado.


El día del juicio llegó, cuando a FM lo trasladaron a la sala le retiraron las esposas y lo sentaron en el banquillo de los acusados; sus tres cuadros se encontraban expuestos frente al jurado, después que el fiscal leyó todos los cargos el juez mirándolo a FM le preguntó si tenía algo para decir, y entonces FM poniéndose de pie dijo:


—Señor juez, debo decir que estos tres cuadros los cuales son excelentes copias de los originales, han sido realizados por mí; y mi cliente pagó mi trabajo en forma correcta, pero desconozco donde está mi falta porque como es mi costumbre yo firmo todos mis cuadros, incluidos estos, imagino que si fuera un falsificador como ustedes me acusan no sería tan tonto en firmar un delito. El juez asombrado miró al perito y lo llamó al estrado, después, el perito le preguntó a FM, —¿en qué lugar del cuadro está su supuesta firma?.

Cuando FM indicó el lugar exacto de aquel minúsculo punto, el perito con una gran lupa observó el lugar de cada tela y tuvo que afirmar que FM decía la verdad. No obstante esta sutileza no libró a FM de ser acusado y condenado, pero muy levemente. Un año de prisión domiciliaria, más dos años de tareas comunitarias, enseñar dibujo en una escuela primaria, esta condena FM la disfrutó muchísimo y el contacto con chicos le fue muy gratificante; por último se le advirtió que de reincidir en realizar copias de obras de arte podría tener que soportar una condena mucho mayor. Las tres copias de los cuadros de Paul Gauguin se enviaron a quemar, pero surgieron ciertas dudas si eso se llevó a cabo realmente. 

FIN



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LA FIRMA DE FM (segunda entrega)

 FM comenzaba a trabajar en su estudio trasero alrededor de las diez de la noche y su tarea se prolongaba hasta el amanecer, pero como un cazador profesional, primero  buscaba su preciada presa en el mayor de los tesoro que poseía su atelier nocturno, una biblioteca con más de cien volúmenes de libros con láminas a todo color y catálogo de exposiciones recopiladas en diversos lugares del mundo, en ese océano artístico FM buceaba varios días hasta encontrar su objetivo y después de la elección, antes de desplegar la tela, realizaba un estudio minucioso del carácter de ese autor, su estilo de vida, su lugar en el mundo, sus maestros, su obra. La elección estaba definida, en esta oportunidad sería Paul Gauguin, y tres de sus obras, Paisaje Bretón, Lutteurs en Herbe y En Pleine Chaurleur.


Una vez determinado el objetivo, ampliaba el cuadro elegido sobre una pantalla cuatro veces, y una enorme lupa con luz, sujeta a un brazo móvil, le permitía observar hasta  las más mínima pincelada de cada uno de los detalles, pero FM, tenía la capacidad de plasmar la intención del propio artista, se podría decir incluso que detectaba el estado de ánimo del maestro durante los  días en que realizaba el cuadro, FM se convertía cada noche en Paul Gauguin. Su trabajo lo acompañaba con varias copas de coñac y su música preferida  Chaikovsky. Cuando terminaba su trabajo diario, esperaba que los primeros rayos del sol iluminaran las copas de unos árboles próximo a su ventana, después de correr las cortinas se retiraba a descansar. Cuando se disfruta lo que se realiza, no se está trabajando, FM realizaba su tarea diaria incansablemente, sin perturbaciones, y era un hombre feliz. 


Cuando la parte artística estaba terminada, FM realizaba la última revisión antes del proceso de envejecimiento, en otro pantalla proyectaba la copia aumentada cuatro veces y la comparaba con el original, solo muy delicadas pinceladas completaba su trabajo, y a pesar de entender que se arriesgaba a que su obra fuera descubierta con facilidad, la firmaba, un minúsculo punto negro a diez centímetros del margen inferior y a otros diez centimetros del izquierdo, a pesar del enorme riesgo que esto implicaba, no podía dejar de hacerlo.


Un año después 


Una noche de lluvia paró frente a la casa de FM un automóvil negro de alta gama, el chófer le abrió la puerta trasera a un hombre bajo, y lo acompañó protegiéndolo de la lluvia con un amplio paraguas muy colorido hasta la entrada.


-¡Apreciado Paul, cuánto tiempo que no nos vemos! - le dijo FM - en voz alta al pequeño hombre, haciéndolo pasar. Era su cliente comprador de su último trabajo. Paul era un simpático señor de impecable traje de corte tradicional cruzado, sus zapatos de cuero claro, más su reloj, demostraba a primera vista su enorme capacidad económica. 


-Estimado maestro de maestros, el clima de tu país me perturba, pero aquí estoy. -le dijo con una amplia sonrisa Paul a FM.


Ambos amigos charlaron durante la cena recordando anécdotas inolvidables de compra y venta de obras de arte, genuinas y no tanto, después, el café con coñac se sirvió en el atelier trasero. Al entrar, FM iluminó los tres cuadros cubiertos con una tela de seda negra, y los descubrió para su amigo como si mostrara una joya exquisita. Paul, primero los miró a dos metros de distancia, recorriendolos con su mirada experta, sin decir palabra, inmediatamente después sacó de su bolsillo una lupa, y los inspeccionó uno a uno, en toda su superficie, deteniéndose en algunos lugares específicos, cuando terminó lo miró a FM y le dijo en voz baja. Son realmente sublimes y geniales mi querido maestro de maestros.


Continuará 

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jueves, julio 15, 2021

LA FIRMA DE FM (primera entrega)

 Nuestra lengua española describe al arte como:


1. m. o f. Capacidad, habilidad para hacer algo.


2. m. o f. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.


Y una de las interpretaciones de artista es:


5. m. y f. Persona que hace algo con suma perfección.


FM, así firmaba sus cuadros, coincidía perfectamente con esta última definición. Pero FM bien sabía que su actividad artística la desarrollaba muy próxima al delgado límite de lo legal o ilegal. Para ser más explícito, copiar una obra de arte a los efectos de practicar, por el solo gusto de hacerlo, o para observar en privado o en un reducido grupo de amigos, sin ser jurista, puedo imaginar que no es un delito, pero si dicha obra artística copiada con la destreza de FM, se vende como si fuera un original...la cárcel estará preparada para aquel que lo intente. Pero FM, realizaba este tipo de trabajos, solo para acaudalados amantes del arte que no logran acceder a un original, y entonces por un precio muy inferior, disfrutar de un Rembrandt, un Goya, un Matisse, o incluso de un Picasso, y de ese modo poder alardear de poseer una obra de arte original sin serlo. También debemos decirlo, que la ética artística si es que existe, impediría al artista copiar, lo que fuera, pero en la actualidad con las nuevas tecnologías podremos disfrutar de una escultura de Leonardo Da Vinci, como un cuadro de Goya, quizás mejor que ubicándonos frente a los originales, por lo cual imagino que en un futuro no lejano será necesario revisar una vez más, que es arte y que no, tema este que nos obliga a un amplio debate, digo como ejemplo que hoy mismo, se puede tener una pantalla digital, de altísima resolución, que me permita ver los cuadros o esculturas en 3D de todas las obras del museo del Louvre sin movernos de casa escuchando nuestra música preferida, esa pantalla en sí misma, son en mi opinión las nuevas obra maestra de este siglo XXI, capaces de reproducir miles de obras de arte, en diferentes rincones del vasto mundo.


FM era un verdadero artesano artístico en su metié, y para aquellas obras maestras de arte antiguas, las cuales poseen detalles similares a un vino de calidad muy añejo,  en donde el tiempo aporta una impronta fundamental, el envejecimiento de las capas de pintura, su decoloración y resquebrajamiento, dan como resultado una delicada pátina, que forman parte de una firma indeleble de cada pintura, esa era una de las capacidades que poseía FM, mediante delicados intervalos de calor y frío, lograba el envejecimiento prematuro de una cuadro, en unas pocas horas enviaba a esa obra reciente a cientos de años atrás. 


FM, poseía un estudio que en verdad eran dos, el primero se podría decir que daba a la calle y el otro al jardín trasero, de un estudio al otro se accedía por una puerta que simulaba ser una biblioteca. En el primero todas las obras eran firmadas como es lógico por su autor, FM, y en el segundo las obras eran firmadas por innumerables artistas, muertos hace mucho tiempo, pero allí FM, los regresaba a la vida con una contundencia, y destreza inmejorable. 


Una tarde de otoño se contactó con FM, un joven de rostro jovial, alto, vestimenta informal, diciendo ser estudiante de pintura llamado Esteban, la intención del muchacho era tomar unas clases de pintura con FM, pero ya en la primer entrevista las clases que quería tomar el joven no era en el estudio que daba a la calle, era en que daba al patio trasero de la casa de FM, su carta de presentación era de un amigo mutuo, que se dedicaba a manejar pequeñas y reservadas salas de exposición en algunos lugares de Europa. Yendo al grano, la idea era realizar una continuidad de obras de arte no muy conocidas por novatos del arte pictórico siempre y cuando fueran acaudalados, y posteriormente estafarlos.


-Sólo serán tres cuadros de colecciones privadas,- le dijo el joven a FM.-  que los dejamos a su elección, el único requerimiento es que deberán estar terminados dentro del año próximo. Nuestro mutuo amigo quiere saber el precio de cada una de las obras, cuando estén terminadas él vendrá a darle el visto bueno y después yo las vendré a retirar, le entregaré su dinero, y me los llevaré todos el mismo día. 


FM, era un hombre soltero que llevaba una vida metódica, su pasión más allá de la pintura era realizar caminatas en zona boscosa o montañosa escuchando música clásica, con sesenta años y un estado físico admirable le brindaba la confianza de realizar travesías muy largas en zonas de cierta complejidad, llegó a realizar jornadas de tres días disfrutando de su campamento, con su fuego, bajo un cielo estrellado majestuoso que observaba en absoluto silencio. Después de analizar este encargo, decidió que sería el último de firmas apócrifas, después, solo se dedicaría a trabajos originales propios, que dicho sea de paso no los vendía a mal precio, pero las falsificaciones ocupaban  para FM algo en su vida que no podía substituir por otra actividad, amaba esta profesión fuera de la ley, pensando con total naturalidad que esas obras copiadas por él no eran en sí mismo falsificaciones, solo sus firmas eran falsa, tal es así que todos sus trabajos a riesgo de ser descubierto con facilidad, eran firmados por él, una minúscula pincelada en un lugar en el cuarto inferior izquierdo eran su firma. FM aceptó el trabajo y se estipuló un precio que le permitiría vivir sin trabajar recorriendo el mundo el resto de su vida.


Continuará 


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jueves, julio 08, 2021

EL PROFESOR DE LITERATURA (cuento)

 

Nota del autor

Este cuento es mi pequeño homenaje a mi profesora de literatura, la profesora Paternostro, cuyas clases presencié en el colegio industrial Otto Krause. Por aquella época no le prestaba atención a su materia, estimada profesora, sin entender que la literatura es la herramienta fundamental para la buena vida del hombre, le pido disculpas distinguidisima señora.


Arq. Francisco R. Brun


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Sonó el despertador, y los párpados le pesaban muchísimo, no obstante a sus 70 años solo en unos pocos minutos lograba pasar del sueño a la realidad, se levantó y miró su cara en el espejo del baño, comprobando que era prácticamente la misma de estos últimos años, abrió el agua caliente de la ducha, y la reguló con la fría, el baño tenía que ser rápido porque el calefón tenía algún problema y el agua caliente solo duraba unos pocos minutos. En tanto se duchaba no entendía porqué el plomero no venía, ya lo había llamado tres veces, pero nada, voy mañana, voy pasado, ayer no hice a tiempo, todas excusas como si fuera un chico de sexto año, igual que sus alumnos con los trabajos prácticos.


Después de limpiar sus dientes y afeitarse cuidadosamente, se dirigió a la cocina a prepararse el desayuno, unas tostadas de pan negro con manteca untadas con dulce de leche y un café con leche, más café que leche.


Le gustaba levantarse con tiempo suficiente para realizar todas las rutinarias actividades con parsimonia, esa hora matinal, y las que seguían después de la salida de la escuela, Bernardo las disfrutaba porque consideraba que formaban parte de su vida privada que era para él sagrada, como lo eran sus sábados y sus domingos, excepto los días que traía exámenes para corregir.


Este fin de semana tuvo que dedicarle unas horas a esta lamentable tarea de corregir, en donde comprobaba año tras año, cómo decaía el nivel de sus alumnos, a pesar de esmerarse en sus clases, no lograba que se interesaran en su materia, y ni siquiera leyendo en clase y explicando la intención de esos pequeños párrafos, los resultados de comprensión llegaban al grado de catastróficos.


Abstraído en sus pensamientos se colocó una camiseta musculosa y la camisa blanca que había planchado ayer, también  el pantalón del traje, al ajustarse el cinturón comprobó que necesitaba correr un agujero más para colocar la hebilla, señal que no estaba funcionando bien la dieta de su nutricionista para subir de peso, aparentemente era un tema metabólico por la edad y las preocupaciones de la escuela. Después se sentó en la cama para colocarse las medias y luego los zapatos acordonados negros gastados pero bien lustrados. Frente al espejo de la cómoda se probó la corbata negra, dejó la azul y la de pintitas rojas para otro día, en tanto realizaba el nudo pensó en lo sucedido el último viernes en la escuela, son otros tiempos se dijo, me falta solo un año más para jubilarme, por lo cual la palabra adecuada para un profesor de literatura es...soportar,... o tal vez mejor aguantar…, o quizá...mejor sería una frase, como ser, no bajar los brazos,... o tal vez mandarlos a todos al carajo,...pero evidentemente esta última frase demostraba una actitud muy grosera, y seguramente le traería más problemas que soluciones, por último se puso el saco, que disimulaba los huesos de sus hombros, y se dirigió al comedor;  sobre la mesa estaban los papeles de los exámenes, sus libretas y  dos libros, los siete locos de Roberto Arlt, y el evangelio según Van Hutten de Abelardo Castillo, guardó todo en su portafolio de cuero, lo cerró, calculó su peso y comprobó que era aceptable, luego salió a la calle, después de encontrarse en el ascensor con Clara, vecina de su mismo piso. ¡Buen día Bernardo! ¡Buen día Clara! falta poco para que terminen las clases, dijo clara sonriendo, ¿a dónde se va a ir de vacaciones? Creo que voy a ir a una isla en el Caribe, respondió con seriedad Bernardo, que me dijeron que solo hay monos y palmeras y si es así la compraré cuando me jubile. Usted siempre está haciendo chistes, dijo Clara riéndose, a propósito, le dijo Clara, no sé si escuchó el sábado a la noche la festichola de los nuevos de arriba, por poco mi marido quería ir a golpearle la puerta, diga que lo contuve, porque tiene un carácter. La verdad que no escuche nada, dijo Bernardo, lo que ocurre es que escucho música hasta muy tarde con auriculares para no molestar, le respondió Bernardo. ¡Qué mundo este! dijo Clara fastidiada, usted que hace cuarenta años que vive aquí no quiere molestar, y esta gente, recién llega y ya molesta.


El ascensor llegó a la planta baja y Bernardo abrió la puerta para darle paso a Clara, y se despidieron en la vereda. En la parada del colectivo solo había tres personas, a Bernardo le pareció muy pocas por lo general hay muchas más, por si acaso consultó a un señor para verificar la hora, pero no usaba reloj, entonces acudió a una chica, que consultando su celular le  dijo, ocho y treinta, lo mismo que indicaba su reloj que adelantaba, ocho y veintisiete. 


El colectivo llegó y no estaba tan lleno, por lo general siempre tenía que ir parado, pero estaba acostumbrado, ese día se pudo sentar en un asiento individual y disfrutar de los "bellos paisajes" del conurbano. En ese viaje Bernardo pensaba que haría cuando se jubile, tal vez, me gustaría hacer un viaje, la jubilación para un maestro no es mucha, pero agregando mis ahorros, también podría vender el departamento y con la ayuda de un crédito terminar la casita de Córdoba que no pudieron terminar los viejos, que dicho sea de paso este verano tendré que ir al menos unos días a ver cómo está todo aquello. Pensando tonterías sintió un fuerte olor a cigarrillo, cuando detectó quien fumaba, comprobó que era el mismo chofer, nunca lo había visto, pensó que debía ir hacia él y disimuladamente pedirle que no fume, que debía de dar el ejemplo, pero después se arrepintió y consideró que hacer eso era para tener un posible problema, faltando poco para llegar.


Se bajó del colectivo y solo tenía que caminar tres cuadras hasta el colegio, al llegar, en la puerta lo de todos los días, tanto las alumnas como los alumnos, todos distendidamente fumando cigarrillos de tabaco, excepto el grupito de siempre en la vereda de enfrente también fumaban pero otra cosa. Allí estaba, el líder del grupo, con anteojos negros, remera y pantalones de tela gruesa gastado bien a la moda, junto a sus otros cuatro compinches, cuando Bernardo se acercaba a la puerta para ingresar, notó con total nitidez que gritaban desde allí su apodo que ya conocía de hace mucho "flaco escopeta, bolu.. y trompeta" lo de trompeta se debía a una clace que quiso dar sobre instrumentos musicales y surgió que a él le gustaba tocar la trompeta, lo de bolu… corría por cuenta de los maleducados.


No bastó con una vez, lo repitieron, pero más fuerte y todos los alumnos que aún no habían entrado rieron en torno al profesor Bernardo.


Nuestro cerebro suele funcionar de modos realmente raros, y también en algunos momentos nuestra conducta se altera y cometemos un acto de locos o exagerado, tal vez determinados estímulos malos, nos hacen reaccionar, o quizás cuando el vaso se encuentra demasiado lleno, una sola gota puede derramar toda el agua, ya no del vaso,...de nuestro inmenso dique interior civilizado.


Ese lunes próximo a fin de año, Bernardo, al escuchar la broma, no entró al colegio, y en lugar de eso, recogió el guante y se dirigió al grupo de maleducados caminando lentamente, los mozalbetes continuaban riéndose descaradamente, Bernardo cuando estuvo cerca, sin decir agua va, el primer golpe dado con su portafolio se lo incrustó en la nariz al jefe del grupo, haciendo volar sus anteojos a la mitad de la calle, un automóvil que pasaba en ese momento los hizo añicos, el segundo dio con precisión en la oreja derecha de otro y al los demás no los alcanzó porque salieron corriendo.


Luego se acomodó su corbata, arregló el saco y se dirigió al colegio dejando en el piso a estos dos maleducados, el jefecito con su nariz chorreando sangre y su segundo con una oreja algo más que morada. El policía de guardia observó todo pero miró para otro lado, antes de entrar subió los dos escalones de la puerta y en voz alta dirigiéndose al grupo que seguía fumando en la puerta exclamó: ¡lo voy a decir una sola vez, si mañana vengo y alguien está fumando aquí, recibirá diez amonestaciones!, y si persiste su actitud será expulsado del establecimiento, aunque falte media hora para el fin de clases, ustedes pueden arruinar su salud donde quieran, pero yo no puedo permitir que se la arruinen aquí, se dio media vuelta y entró. 


En los días que siguieron nadie realizó una denuncia, y los alumnos del colegio ninguno siguió fumando en la puerta.


Ese mismo día el profesor Bernardo tomó lista, todos estaban presentes incluso los cinco maleducados, que por sus calificaciones se llevaron literatura a marzo, y en marzo, se la llevaron previa, porque no solo eran maleducados, también eran brutos. 


Al año siguiente, que era el último que le restaba transitar a Bernardo para su jubilación, el mismo transcurrió con jornadas muy tranquilas, y además por fin, pudo disfrutar  dictando sus clases de literatura.


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