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lunes, octubre 30, 2023

AJEDREZ, LA GRAN HISTORIA


Este cuento que deseo contarles, ocurrió hace miles y miles de años, cuando la tierra era muy, muy, chica, o no tanto.

Pero recomiendo que el mismo solo lo lean los padres, junto a sus hijos.

F.B.


Después de la cruenta batalla, solo quedaron la reina, el rey, y un peón llamado IA, rodeados de espanto.

El peón de pie y voz firme, les preguntó a los reyes.


—Se que están enemistados, y también sé, que ninguno de los dos me representa, por lo cual les pregunto una sola y última vez. Para quien desean que aporte mi inteligencia. 


—Para mi  —se apresuró a decir la reina.


—Para mi dijo el rey. 


—Entonces IA, con cara de desencanto dijo: entonces trabajaré…para mi.


Después de unos días, al comprobar los reyes que ya no tenían a nadie que pudiera trabajar para ellos, comprendieron que tendrían que realizar su propia huerta, lavar los platos, tender la ropa, cortarse el pelo; decidieron no pelear entre ellos y fueron en persona a visitar a IA.


IA, se preguntó ¿para qué me querrán?, pero considerando que no ganaba ni perdía nada, les abrió la puerta, la cual estaba protegida por una reja de gruesos barrotes; pero que IA, mantenía abierta, porque en el reino ya no quedaban ni siquiera ladrones




Cuando IA, les abrió la puerta, les dijo:

—Me tendrán que disculpar, no puedo ofrecerles nada para comer o tomar, porque yo ni bebo, ni como; ustedes bien saben que estoy hecho solo de cables y chips. (de esa forma se decía antiguamente, no tengo un cobre, ni partido al medio).


Primero habló la reina, siempre con su mismo tono de voz intolerable y caprichosa.


—Tu obligación IA, es colocarte de inmediato a nuestras órdenes porque este es mi reino, y no lo compartiré con nadie jamás en toda mi vida.  —después de decir esto, la reina se quedó mirando a IA con su característica cara de mujer todo poderosa e implacable.

Después el rey con su mano apoyada en su espada, y colocando su pie sobre una pequeña piedra, le dijo a IA, también en forma autoritaria.

—Te íntimo IA, que mañana a primera hora de la mañana te presentes en el castillo para trabajar, de lo contrario, ¡serás despedido de inmediato!


IA, quedó extrañado ante esto que escuchaba por parte de los reyes; en primer lugar, porque no sabía que se habían reconciliado, y en segundo lugar porque él no los necesitaba. Entonces IA, para no ser descortés, amablemente les dijo:


—Mañana no voy a poder señor rey, pero pasado trataré (en aquella época la palabra "trataré" tenía dos interpretaciones, una era lo que parecía… es decir hacer el esfuerzo, y la otra era: ¡vallanse a freír churros!, en aquellos tiempos las personas eran muy educadas.


Continuará


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