¿Los cuentos, serán solo cuentos?
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viernes, marzo 07, 2025
LIBROS
sábado, marzo 01, 2025
EL ÁRBOL NOS TAPÓ EL BOSQUE
Una de las actividades deportivas que mas me gusta y en mi opinión brinda el mayor placer, es el senderismo, es algo apasionante. Consiste en recorrer a pie, lugares en donde la naturaleza embriaga a todos nuestros sentidos: cañadas, ríos caudalosos, sierras, montañas, valles, bosques. Se determina previamente un recorrido, se analizan sus obstáculos, se calculan sus riesgos, se prepara el equipo, se elige él o los compañeros y en la fecha prevista; después de haber considerado el clima (no es lo mismo recorrer un territorio, nevado, que en primavera) el cual determinará otras vivencias, como por ejemplo el frío, el calor, los paisajes, el color de la vegetación, la posibilidad de encontrar leña seca para realizar una fogata; estamos preparados para emprender el viaje.
Hace poco, realizamos con mi amigo el recorrido desde la cabecera sur del Lago Gutiérrez hasta Playa Muñoz, 5,1 kilómetros con un desnivel de 85 metros; para dos veteranos de 70 años, se trata de una caminata de nivel medio, que por la edad o estado físico se puede convertir en nivel alto. Tardamos dos horas de ida y casi otras dos horas de vuelta, pero cuando llegamos de regreso nos pareció mucho menos tiempo empleado, el paisaje en otoño es tan hermoso que no percibimos el cansancio hasta la hora de cenar, a la mañana siguiente estábamos destruido pero satisfechos, tal es así que comenzamos a planear otro recorrido, teníamos ganas de acampar al menos una noche en la montaña.
Decidimos ir al área natural protegida río azul - lago escondido
(ANPRALE). Después de dejar la camioneta en un camping a primera hora, comenzamos con nuestra caminata. El bosque alli es deslumbrante, el sol brillaba, el cielo era de un azul intenso, y las montañas con sus picos nevados completan la sensación de estar en el lugar más lindo del mundo entero, el canto de los pájaros nos acompañó durante todo el día. El sendero elegido fue de mediana dificultad, no pensábamos en batir ningún récord, sumado a que las mochilas a medida que se prolongaba la caminata pesaban cada vez más. Después de cruzar varios cursos de agua cristalina, llegamos a un lugar que nos pareció adecuado para comer algo y descansar.
Mi amigo estaba algo preocupado, porque de acuerdo al plano, deberíamos haber llegado a un refugio que jamás vimos y también por la época tendríamos que haber cruzado o encontrado a otros senderistas, sin embargo nada de eso ocurrió.
Después de almorzar, mi amigo me dijo sin mucha preocupación:
—Te puedo asegurar querido amigo, que nos hemos perdido.
Yo lo miré extrañado, pero en ese primer momento no me preocupé, porque pensé que existía la posibilidad de regresar por el mismo lugar que habíamos llegado hasta allí, pero cuando miré tratando de detectar el sendero, solo vi un enorme bosque frente a mis ojos en donde no había ninguna señal, piedra, u objeto que me orientara.
—Qué gracioso verdad —dije con ironía— podemos morir aquí, ¿trajiste la brújula?.
—Me dijiste que tu teléfono tiene.
—Si tiene, siempre que haya señal —Cuando me percaté que no había señal, que no teníamos brújula y la menor idea de donde estábamos, me corrió un sudor frío por mi espalda.
A partir de ese momento mi mente comenzó a trabajar en modo supervivencia, con una serie de preguntas y respuestas: ¿podemos conseguir agua en abundancia?, con los alimentos que habíamos traído podíamos soportar seis o más días, ¿esperar un rescate era posible?, la ubicación no estba definida, ¿será conveniente desplazarnos o quedarnos en este lugar?. Todos estos razonamientos los compartimos con mi amigo Marcelo, el cual imaginó que los guardaparques que nos habían registrado antes de ingresar, al no tener noticia de nosotros, en un par de días, darían la alarma y comenzaría la búsqueda, por lo cual, lo mejor era quedarnos en ese sitio para que nos pudieran encontrar dentro del área de búsqueda, la cual se definiría por nuestra edad y capacidad para caminar.
—Si nos desplazamos, complicamos más el rescate —observó mi amigo con cierta preocupación.
—Estoy de acuerdo, lo mejor será armar el campamento aquí, recolectar toda la leña posible, cargar nuestras cantimploras con agua, y racionar nuestros alimentos.
Cuando terminamos de realizar todas las tareas, incluido el armado de la carpa, decidimos tomar café y comer unas galletas dulces.
El equipo con el que contábamos era el adecuado, la carpa era nueva con buena capacidad impermeable, y también contábamos con dos potentes faroles solares que durante la noche nos serían de mucha utilidad y tal vez, alguien podría llegar a vernos desde el valle, esto era algo poco probable, pero cuando uno es el que está en apuros, todas las conjeturas positivas reconfortan.
—Qué cómodos son estos asientos a pesar de ser tan livianos —razonó mi amigo, sentándose en uno de ellos.
—Me hicieron una oferta junto con la carpa y las bolsas de dormir, que no podía desaprovechar.
—Si morimos aquí no podré pagarte mi parte del equipo —dijo mi amigo con una sonrisa.
—Tu eres capaz de tener la desfachatez de morirte, con tal de no cumplir con tus deudas.
—Si tuviera papel y lápiz dejaría mi testamento mencionando mi deuda contraída contigo.
—Lo importante estimado amigo, es que hemos logrado nuestro objetivo, a pesar de nuestra avanzada edad, estamos acampando en un lugar soñado.
—Lo de la edad avanzada corre por tu cuenta, hoy se considera que el que tiene siete décadas es considerado una persona de sesenta años, por lo cual el vejete eres tú, no yo. —me contestó mi amigo sacando de su mochila una botella de vino Cobos Malbec 2018, y dos vasos de vidrio lo suficientemente elegantes como para la ocasión, por mi parte, corte una porción de queso generosa, acompañada con pan. Después de brindar como corresponde saboreamos el vino y comimos mientras observamos, que el sol comenzaba a bajar y un persistente viento frío comenzó a soplar.
—Estaba pensando que mi señora no quería que realizara esta travesía —le dije a mi amigo en tanto disfrutaba de ese momento en el cual parece que todo nuestro ser se incorpora y expande en esa majestuosa naturaleza, la cual parece una armoniosa obra de arte, pero en realidad es salvaje e impredecible. Hasta que mi amigo me regresó a los hechos mundanos de los hombres comunes y corrientes.
—Si mueres aquí, le sacarás un peso de encima a esa magnífica mujer.
—¿Y por casa cómo andamos, sinvergüenza?.
—Jamás imaginé que podemos morir en el lugar menos pensado —le dije a mi compañero que estaba absorto disfrutando de ese atardecer único.
—A si es la vida querido amigo, todos sabemos que vamos a morir, pero de qué forma y en qué lugar, no es posible saberlo.
—Dicen que hay que hacer tres cosas en la vida, plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo le comenté— yo he realizado las tres, por lo cual puedo morir tranquilo.
—A mi me falta escribir un libro —me respondió mi amigo con cierta preocupación.
—Bueno, tal vez lo del libro no sea tan importante —le dije.
¿Quién habrá inventado esa tontería? — me dijo mi amigo enojado.
—Lo dijo el escritor cubano José Martí en el siglo XIX.
—¿Qué ocurre entonces con aquellas personas que no pueden tener hijos o una cierta capacidad literaria, o todo lo que planta se seca?.
—Quizás lo dijo solo como un objetivo aspiracional, no como una obligación indispensable —le contesté a mi amigo para dejarlo tranquilo— yo pienso que no existe una forma buena o mala para vivir, siempre que respetemos al prójimo, cada cual puede encarar su vida como más le plazca, por ejemplo, muchos no desean dejar de fumar a pesar de saber que en la mayoría de los casos el cigarrillo los llevará a la muerte; no los puedo culpar por nada, quizás no son un ejemplo para los jóvenes, pero existe un punto de vista que es atendible, muchos, no desean llegar a un estado de vejez, en el que necesiten una asistencia permanente…debo decirte estimado amigo que yo preferiría morir antes que alguien esté aguardando que me muera.
—En ese sentido te doy la razón, es mejor irnos un poco antes y no molestar.
—Me parece que estamos inmersos en una sociedad en la que no se quiere pensar, recordar o asumir la muerte. —reflexioné con mi amigo mientras servía más vino.
—Tienes mucha razón, por eso las cirugías estéticas están tan de moda, tanto las mujeres como los hombres quieren verse jóvenes, y llegan muchas veces a un extremo, que no solo se nota, quedan desfigurados, creen que se ven bien.
—No entienden que una vejez bien asumida, en forma natural, es preferible a ocultarla.
Cuando empezó a caer la noche encendimos una magnífica fogata; entre la copa de los árboles se dejaba ver un cielo increíble.
—¿Dónde terminará el universo? —le pregunté a mi amigo—
—Jamás lo sabremos, pero me gustaría saberlo, ¿que hay allá?, al final de todo.
—Siempre he pensado que el universo, el cual nos contiene, se extiende tanto hacia lo grande; galaxias, agujeros negros; como hacia lo pequeño; microbios, átomos, electrones etc, etc. Me gustaría saber en qué punto de ese espiral de tamaño nos encontramos; quizás, hacia lo pequeño el universo se extiende tanto como hacia lo grande, y tal vez, una civilización inteligente posee ciudades en el interior de un grano de arena.
—No sabía que eras tan imaginativo, pero tienes mucha razón; de hecho existe en ciencia el estudio de la física de partículas. A mi siempre me llamó la atención el fuego, es parte del universo, es necesario para la vida, como lo es el sol, una impresionante fuente de energía formada por gases que se consume desde hace siglos.
—Curiosamente el fuego, como el de esta fogata, nos vincula a nuestros lejanos antepasados —le dije a mi amigo, acercando mis manos al calor—, esta sensación reconfortante la han sentido nuestros antepasados, provenimos de habitantes del fondo de nuestra historia, separados por miles y miles de siglos; pero un camino trazado por el destino nos trajo hasta aquí, ¿puedes imaginarte todos los hechos que tuvieron que suceder para que tú y yo estemos aquí hoy?. Deberíamos tener la capacidad de recordar sucesos conflictivos o gratos de los que nos precedieron, sería maravilloso ¿no crees?.
—En nuestros genes se transmiten esos datos indispensables para nuestra subsistencia, son los datos que necesitamos para continuar con el desarrollo de nuestro cuerpo y nuestra mente, pero tienes razón al decir que la ruta desde nuestra primer generación hasta llegar nosotros, nuestra familia, debe haber pasado sacrificios enormes, tantos que bien podemos decir que estamos aquí de casualidad —reflexionaba mi amigo.
—Tal vez no sea de pura casualidad, y se deba a que todos aquellos que subsistieron y tuvieron herederos fueron más capaces, más fuertes, más inteligentes o más astutos.
—Por suerte tenemos hijos mi estimado —dijo mi amigo, sirviendo más vino— porque de lo contrario nosotros terminaríamos con nuestra familia de siglos aquí mismo como dos tontos.
Ambos nos quedamos en silencio en tanto se podía escuchar la pequeña cascada que estaba a unos cincuenta metros de nuestro campamento.
—Como el agua, al igual que el fuego, han sido indispensables para la vida —le dije a mi amigo.
—Del mismo modo que el vino compañero –me respondió él con una sonrisa sirviendo lo último que quedaba en la botella.
—¿Si muriéramos aquí querido amigo, has dejado algo pendiente de hacer en tu vida, o que te hubiera gustado hacer y no has podido?
—Déjame pensar… si, una cosa, cuando era joven tenía la ilusión de tener un gran velero y llegar con él al estrecho de Magallanes, navegar por esas aguas era mi sueño.
—Aún estás a tiempo de hacerlo.
—¿Tú crees?
—Por supuesto, tienes la edad para ser un marino experimentado, no te falta experiencia, siempre has estado con barcos desde chico, ¿qué te lo impide?.
—Me lo impide el temor a fracasar, es una travesía arriesgada. —Mi amigo se quedó callado mirando el cielo y después me dijo— necesito un velero de crucero oceánico de palos resistentes con un buen motor, me gustaría un Beneteau Oceanis, los franceses saben mucho de barcos, una tripulación bien preparada, pararía en Puerto Madryn, Puerto Deseado, Ushuaia, Puerto Williams en Chile y puerto Natales.
—¿Me permitirías formar parte de la tripulación como cocinero?.
—¡Por supuesto!, me has dado una de las mejores ideas de estos últimos años, si salimos de esta, te aseguro que realizaremos la travesía, es más, podemos registrar todo y subirlo a las redes o comercializar el documental a alguna empresa, quizás con eso podemos recuperar parte del dinero invertido; ¿quieres ser mi socio amigo?.
—Haremos el proyecto realidad socio —le dije estrechándole la mano.
Después de quedarnos callados pensando en ocupar la cubierta de un velero, con sus blancas velas hinchadas al sol, con un viento cálido y persistente que nos arrastraba por la superficie del mar.
—Cuando joven, tenía la ilusión de destacarme en mi profesión; nunca ocurrió, mis logros fueron en otros aspectos de mi vida, cuando uno es joven piensa que se puede comer el mundo crudo, pero con el correr de los años; mi esposa; los hijos, las responsabilidades; cambian los sueños y tenemos que optar por las certezas y las cosas toman otro rumbo. No obstante no estoy arrepentido y te aseguro que haría todo nuevamente de la misma forma, incluso con las mismas desilusiones…excepto haber venido contigo a este desastroso proyecto, me habías dicho que conocías este lugar como la palma de tu mano y en menos de veinticuatro horas estamos perdidos y no sabemos si moriremos aquí. —le dije a mi amigo riéndome y con ganas de irme a dormir.
—Qué ingrato, te convido con un vino excelente que jamás has tomado en toda tu vida y me recriminas una simple equivocación.
—¿¡Una equivocación!?, moriremos aquí por tu equivocación; mejor me acuesto.
El sol de la mañana me iluminó la cara cuando abrí el cierre de la carpa; el dolor de cintura me estaba matando, me sentí un viejo tonto por haber querido hacer algo demasiado ambicioso para mi edad. No obstante, preparé el desayuno, un café caliente, con pan tostado y jamón, pensé que si uno debe partir de este mundo es mejor hacerlo con el estómago lleno.
Cuando estábamos sentados con mi amigo disfrutando del espléndido desayuno y de ese paisaje majestuoso, alguien detrás nuestro dijo:
—Buenos días.
Cuando nos dimos vuelta sobresaltados, pudimos ver que era un pequeño muchacho de no más de un metro veinte de altura, con anteojos y vestido de boy scout. La deducción fue inmediata, o estaba perdido como nosotros o formaba parte de un grupo mayor. Con satisfacción comprobamos que era la segunda situación.
En unos instantes estábamos rodeados de diez chicos con una joven instructora y un instructor, desayunando todo lo que llevábamos para comer, y riendo a carcajadas porque el sendero de regreso solo estaba a diez metros de nuestro campamento, solo que una enorme piedra y un enorme árbol no nos permitía verlo.
Se cumplió la vieja profecía “El árbol nos había tapado el bosque”.
viernes, febrero 07, 2025
NORA Y SU AMOR SECRETO
Todos tenemos una percepción de lo bello, por ejemplo muchos podemos admirar esos momentos que se escurren como el agua entre las manos de un atardecer en el campo, o contemplar un cielo estrellado, su magnificencia, su insondable misterio, que jamás llegaremos a descubrir. Pero lo más misterioso, subjetivo y complejo es, el modo en que los seres humanos interpretamos a la belleza entre un hombre y una mujer. Cuando surge esa atracción, la misma es difícil de explicar o mejor dicho no tiene una explicación: ¿por qué nos gusta esa mujer, y no otra?, o a la inversa.
En el momento menos pensado, en una reunión entre amigos, en el club, en un baile, en una clase, o incluso en un viaje en tren; nos topamos con esa mujer o ese hombre que cambia todo en nuestras vidas. Pero lamentablemente no siempre esa atracción es mutua y ese rechazo nos produce una profunda decepción.
Otro de los aspectos que surge en este campo repleto de flores deslumbrantes y espinas es, la percepción de nosotros mismos. Aquí en mi opinión no es tanto un aspecto formal, también interviene el psicólogo en donde nuestra estima es tan baja que pensamos que jamás nadie en todo el mundo sentirá algún interés por nosotros.
Este era el caso de Nora, una joven de quince años, cuyo espejo no le devolvía la imagen que a ella le hubiera gustado. Soñaba con levantarse una mañana y ser como Beatriz, la chica más linda y codiciada por todos sus compañeros varones, alta, de cabello rubio y brillante como el sol de primavera, con una sonrisa y unos ojos azules capaces de derretir hasta al más duro de los diamantes.
La estatura de Nora en cambio, no era poca, pero tampoco mucha, y esto ocasionaba una pequeña desproporción entre el ancho de su cintura, y su peso; se podría afirmar a simple vista que no era delgada. Tampoco conseguía lograr un peinado que a su criterio la favoreciera; rodete, trenzas, flequillo, raya al medio, corto o largo; jamás encontraba el justo equilibrio entre sus anteojos, su cara algo redonda y su cuello. Otro campo de batalla en el cual Nora siempre era derrotada era el de su vestimenta: después de sacar una a una todas sus prendas del placar y probarselas frente al espejo de su habitación, ninguna la dejaba conforme y terminaba llorando; la tregua se daba siempre de la misma forma, salía vestida a la calle con un pantalón y una remera o pulover color negro, tanto en invierno como en verano. En la escuela, su ubicación en el aula era en la última fila, lejos de la mirada de sus compañeros varones que se entretenían dejando en el pupitre de Beatriz cartas de amor, avioncito de papel con corazones cruzados con una flecha y algunos solo se derretian cuando la bella Beatriz pasaba a su lado sin mirarlos. Curiosamente Nora, no envidiaba la fortuna de Beatriz porque era una muy buena compañera, servicial, educada, y siempre acudía si alguien la necesitaba con alguna tarea; además de ser linda era inteligente y tenía calificaciones excelentes.
El único y mejor momento del día era en los recreos, Nora se apresuraba a ir a comprar su refrigerio, lo hacía para que Manuel, el hijo del dueño de la cafetería la atendiera primero a ella, y de ese modo poder intercambiar algunas palabras, lo que fuera, con tal que ese muchacho la mirara con más atención y le dijera algo, cualquier cosa. Tenía la esperanza que algún día este distraído personaje, delgado, alto, desentrasado y lo suficientemente parco como para no tener amistades, un día la invitara a salir; ir al cine, al parque o solo a caminar.
Cuando el amor secreto de Nora se acercó a su mesa, ella le dijo:
—Hoy no se que puedo desayunar, me podrías recomendar algo exquisito, que deje en mí un recuerdo inolvidable y placentero. —El joven la miró unos instantes y después solo encogió sus hombros, sin decir una sola palabra en señal de no tener ni idea de que recomendarle.
—Te agradecería Manuel que me traigas un café y una medialuna —le dijo Nora con su mejor sonrisa.
Cuando Manuel regresó con el pedido Nora le dijo:
—Gracias Manuel, perdona que te distraiga, no sabrías recomendarme una película entretenida; esta noche estoy sola en casa y no se que puedo hacer. —Manuel una vez más encogió sus hombros, y esto irritó a Nora que le dijo casi gritando:
—¡No tienes lengua Manuel, o algún tipo de sentimiento, que puedas expresar!.
Manuel se quedó parado frente a ella sorprendido, sin hablar y después le dijo:
—¿Por qué te enojas conmigo?, no se que película recomendarte, a mí no me gusta ver tv, solo me gusta leer, si quieres te puedo recomendar un libro, ¿que prefieres?, drama, ciencia ficción, aventuras.
Nora quedó sorprendida, por fin pudo arrancarle unas palabras a aquel muchacho silencioso y taciturno.
—¿A ti qué género te agrada? —le respondió Nora con más calma, y tratando de comprender a aquel joven, bonachón que jamás hubiera pretendido ofenderla.
La cara del muchacho cambió y ahora la conversación con Nora había ingresado en su terreno preferido, la literatura. Después de sentarse frente a ella, y dejando su bandeja sobre la mesa le dijo: “Extraterrestres” de Fernández Bueno, te lo recomiendo, lo disfrutarás de principio a fin. —Nora se quedó mirando al joven, orgullosa de haber podido penetrar en su carácter ausente de todo y de todos; hasta ese momento en el que ella encontró la punta del ovillo de donde poder tirar y así conseguir que el joven le brindara su atención.
—Lo voy a comprar —le dijo resuelta Nora.
—Si quieres te lo puedo prestar, mañana te lo traeré —le dijo el desgarbado muchacho.
—Me encantaría —le respondió apresurada Nora con su mejor sonrisa, para que nada pudiera interrumpir ese pacto, que de algún modo era un gesto, no muy romántico aún, pero tenía todas las condiciones para poder avanzar hacia el terreno que ella quería llevar las cosas.
Nora esperó pacientemente que llegara nuevamente el encuentro con Manuel, para comprobar que no se había olvidado de ella. Cuando entró en el salón solo vio al padre del joven, era notorio que Manuel no había ido a trabajar, una profunda tristeza la embargó, ¿cómo era posible que se hubiera olvidado con tanta facilidad y descortesía de ella?. Se encontraba con estos negros pensamientos cuando el padre de Manuel, se acercó a su mesa trayendo un pequeño paquete envuelto en papel madera.
—Me dijo mi hijo, que te diera esto, está engripado y se tuvo que quedar en cama —le dijo el señor a Nora— ¿deseas tomar algo?.
—Solo un café —le dijo Nora— dígale por favor que se mejore y que le doy las gracias.
Cuando Nora abrió el paquete, su sorpresa fue mayúscula, no solo estaba el libro prometido, había también una carta de puño y letra que decía:
Te recomiendo el capítulo sexto, es apasionante, te aseguro que es una historia para leer varias veces.
Manuel.
Si bien la pequeña esquela no era para pedirle comenzar una relación formal, el hecho que a pesar de estar enfermo, no le impidió realizar su compromiso con ella, de algún modo, le demostraba un grado de interés que no era menor.
Nora desbordaba de alegría; un joven muchacho se había comprometido con ella en prestarle un libro que atesoraba, y había cumplido en tiempo y forma.
Durante toda esa semana Manuel no se presentó a trabajar; Nora aprovechó para leer el libro, el cual, le resultaba demasiado imaginativo, no obstante decidió tomar nota de ciertos capítulos para cuando pudiera comentárselo a Manuel, de ese modo tendría sobrados argumentos para una charla prolongada.
El viernes, cuando se dirigía al comedor del colegio, con la esperanza de ver a Manuel nuevamente trabajando, sucedió lo que no imaginaba, en el jardín trasero del colegio, detrás de unos rosales, en un asiento de plaza estaba Manuel hablando animadamente con una joven, alta, delgada y de pelo negro de su misma edad.
Para Rosa fue un baldazo de agua fría, todas sus expectativas de conseguir una relación con Manuel, se diluyeron en un instante. Oculta detrás de un grueso tronco de un árbol pensaba, ¿Cómo era posible que otra chica le arrebate de ese modo el corazón del único joven que se había interesado en ella?, porque lo del libro era una prueba que algo empezaba a crecer entre ellos. De pronto no pudo sujetar su impulso de impotencia y con sus puños cerrados y su corazón en la boca, se dirigió a donde estaba Manuel y esa descarada.
—¡Eres un sinvergüenza Manuel!, ¿cómo te atreves a hacerme esto?, creí que entre nosotros había algo serio, pero a mi primer descuido, me engañas con la primera mujerzuela que se te cruza, eres un descarado, y tu libro es tan detestable como tú. —Después de decir esto a la pareja, Nora se quedó allí parada esperando una disculpa por parte de Manuel, que la miraba con su cara desencajada y sus ojos grandes como dos platos soperos. La que reaccionó al altercado, fue la joven que dijo con firmeza:
—¡Yo no soy una mujerzuela, niña maleducada!, y estoy aquí porque mi madre quería saber cómo se encontraba de salud su sobrino, mi primo; no tenemos ninguna relación más allá de nuestro lazo familiar, no se qué extraña cosa te has creído, niña grosera.
Nora al escuchar esto, le pareció comenzar a arder como una fogata por la vergüenza de haber interpretado mal una reunión y haberse comportado como una despechada, sin motivo alguno. Solo atinó a salir corriendo de allí con la desesperación de saber que había cometido un error imperdonable. Cuando llegó a su casa lloró desconsoladamente, pensando que no saldría nunca más a la calle.
Su madre al verla entrar corriendo y cerrar de un portazo su habitación fue a ver qué le ocurría.
—Nora, qué te pasa hija, ¿por qué lloras? —le dijo su madre abrazándola.
Después de contarle todo a su madre con lujo de detalles su madre le dijo:
—Sabes, cuando yo tenía tu edad pensaba que jamás ningún muchacho se fijaría en mí, se me ocurrió que lo mejor sería convertirme en una monja de clausura, y una tarde llegó a mi casa un plomero a realizar unos arreglos; tenía su cabello y su ropa tan desprolija que me causó gracia, no pude con mi genio y le dije que si fuera más prolijo con su vestimenta seguro tendría más trabajo y él me respondió que sí se presentaba a trabajar arreglado y con su ropa limpia, sus clientes pensarían que no tenía trabajo y tampoco experiencia, así comenzó una charla que se prolongó en el tiempo hasta el día de hoy. —El papá de Nora era ese plomero, y esa historia Nora la había escuchado miles de veces pero siempre le hacía gracia y consolaba todos sus pesares, madre e hija rieron.
—¿Que puedo hacer mamá?, me he comportado como una tonta, no podré mirarlo a la cara nunca más —le dijo Nora a su madre angustiada, secando con su pañuelo sus lágrimas.
—En realidad hija, tu único error fue malinterpretar la situación, después solo fue una lógica escena de celos que toda mujer puede tener: le has demostrado a Manuel que lo quieres, si es inteligente querrá seguir viéndote, solo deja que pasen unos días a ver que sucede.
Durante todo un mes, Nora no pisó la cafetería para no tener que enfrentar a Manuel y pedirle una disculpa. Pero una tarde cuando salía de su escuela se encontró cara a cara con la prima de Manuel, el encuentro fue tan sorpresivo que no pudo eludirlo y tuvo que decir algo:
—No se tu nombre, pero permíteme decirte que no fue mi intención faltarte el respeto, —comenzó diciendo Nora— tuve un incontrolable arranque de celos y me fui de boca, me comporte como una maleducada, y te pido por favor que me disculpes.
La prima de Manuel se quedó mirándola unos instantes y después sin decirle una sola palabra la abrazó y le dio un beso en la mejilla:
—No me imaginé que Manuel pudiera tener una novia en toda su vida, has elegido un muy buen chico, es un poco tímido pero es tan bueno que todos sus defectos desaparecen cuando uno lo trata. Ese día quedó muy mortificado, porque él es incapaz de herir a nadie; espero que puedas recomponer su relación, pero te advierto que la que tiene que dar el primer paso eres tú, el no lo hará, no porque no quiera, es incapaz de enfrentar ciertas situaciones, su timidez es para él una barrera que no puede superar.
Rosa, más tranquila, no encontraba la forma de disculparse con Manuel, entonces se le ocurrió hacer algo que bien podría funcionar.
El encargado de abrir la cafetería era Manuel, ese lunes, después de abrir la puerta y correr las cortinas, se dirigió a la barra para encender la cafetera y después sacar de la heladera las masas. Cuando llegó el panadero con las facturas y el pan, el repartidor le entregó un paquete y le dijo que una chica se lo había dado para él; cuando lo abrió se encontró con tres libros de ciencia ficción, y una carta que decía:
Espero que no hayas leído estos libros, te los obsequio por haber sido tan maleducada ese día que tú estabas con tu prima, ya me he disculpado ante ella, ahora me resta pedirte perdón a ti. Cuando te ofendí por el libro que me presentaste, mentía, me gustó muchísimo y el capítulo que me recomendaste es fantástico. Solo quiero por favor que me perdones por haber sido tan tonta.
En realidad no se si entre nosotros pueda existir algo más que una amistad, pero mi reacción al verte con otra chica, fue por eso, creí que entre nosotros había algo más, si no es así también me disculpo por eso.
Nora.
Después de un par de semanas, Nora regresaba todos los días a su casa, con la tristeza de no tener respuestas de Manuel, pensaba que su relación con él, evidentemente sólo había sido, una tonta idea de ella, y él ni remotamente sentía algo por ella. Mejor así se dijo, ser fea y tonta son dos cualidades que llevaré por el resto de mi amarga e inservible vida.
Cuando solo faltaba unos pocos días para las vacaciones de invierno, cuando se sentó en su pupitre de la última fila, alguien le había dejado un sobre, cuando lo abrió esto decía esa carta:
Jamás imaginé que conocería a una chica que le gustara como a mí la ciencia ficción, los tres libros que me obsequiaste son maravillosos, nunca los había leído, es cierto que este género de la literatura me gusta mucho; pero mucho más me gusta poder ser; si tú lo quieres; tu novio.
Manuel
domingo, enero 26, 2025
EL MONASTERIO ABANDONADO
Los viejos edificios tienen para mí una historia propia que me gusta desenterrar, sacar a la superficies e investigar que se puede contar de esas vidas que han pasado por esos ambientes ahora olvidados y silenciosos.
Siempre que transitaba por esa ruta, veía el cartel oxidado cuyas letras casi no se leían, que indicaba: “Monasterio, 5 km”; una tarde decidí ir a verlo; cuando tomé por ese camino, las malezas habían tapado la huella, esto indicaba que hacía mucho tiempo nadie pasaba por allí. Después de sortear varios fangales, llegué a una tranquera, detuve mi camioneta y bajé para abrirla, al hacerlo sus bisagras chirriaban muchísimo, señal de poco uso. Detrás de unos árboles muy tupidos, cuyas copas se movían suavemente por una brisa fría que comenzaba a soplar, la curva del camino me enfrentó con el viejo edificio. Detuve la marcha, bajé y recorrí el lugar; el sol comenzaba a recostarse en el horizonte y la sombra de sus muros se extendían sobre el pasto húmedo, estimo que aún tenía dos horas de luz. Cuando caminando rodie a esos muros muy altos, oscuros por el musgo, me topé con un viejo cementerio con no más de diez tumbas, se podían ver sus lápidas entre los pastos crecidos; al leerlas, eran todas de curas; sólo dos, que estaban juntas, mantenían erguida su cruz de hierro, estaban cuidadas y lucían cada una un ramito de flores silvestres frescas color violeta, una de ellas decía solamente “Nora”, la otra Abad Pedro.
Después de atravesar un grueso cerco de rústicas piedras recubierto por una enredadera silvestre, ingresé en un amplio patio cuadrado en cuyo centro había un enorme aljibe, que parecía estar en uso; y en uno de sus lados, una larga galería con techo de tejas y gruesas columnas cilíndricas que proyectaba su sombra sobre unas pequeñas ventanas que parecían pequeños huecos, empotrados en el ancho muro de piedra.
En un extremo de la galería había una puerta entreabierta, haciendo algo de fuerza la abrí y entré a un amplio salón repleto de aparadores desencolados, sillones con su tela carcomida, una mesa enorme con dos de sus patas quebradas, también había un reloj de pared sin sus manecillas.
Pude ver un pasillo que desembocaba en una puerta que estaba abierta, cuando me acerqué, me sobresaltó un hombre sentado frente a un pesado escritorio, que al verme me dijo mirándome a los ojos, sin sobresaltarse.
—Bienvenido forastero, ¿qué necesita?.
En un primer momento no supe qué decir, yo era un intruso, podría ser un malviviente.
—Disculpe, digamos que soy un investigador de lugares olvidados —dije con mi mejor cara amable.
El hombre se rió con fuerza, y me invitó a pasar. Por su vestimenta era un cura, tenía una sotana, con alzacuello, pelo negro bastante largo, su rostro era enjuto; cuando se paró para acercarme una silla observé que era muy alto y de contextura fuerte.
—Siéntese —soy el padre Marcos.
—Francisco es mi nombre —le dije, extendiendo mi mano para saludarlo.
—Tocayo de nuestro Santo Padre —me dijo apretando mi mano, con una amplia sonrisa que dejaba ver su dentadura muy blanca, después, hizo a un lado un grueso bibliorato de páginas amarillentas, en el que estaba leyendo o escribiendo.
—Qué lo trae por aquí, a este lugar lejos del mundo.
Le expliqué, que por mi profesión, me gustaba registrar con fotos lugares como este monasterio y escribir las sensaciones que me provocan.
— Y usted Padre, ¿a que se dedica en este lugar que parece abandonado?. —le pregunté.
—Este monasterio, en realidad fue una abadía y su abad era un hombre religioso al que yo respeto, al morir, por situaciones económicas, dejó de funcionar, y los curas que aquí vivían y trabajaban fueron destinados a otros lugares. En muy poco tiempo las instalaciones se arruinaron y quedó inhabitable —Me dijo el amable cura, con la intención de seguir la conversación— ,después, yo decidí quedarme en este lugar, doy misa los domingos a mis vecinos, los cuales me retribuyen mi servicio con sus productos de granja, y yo reparto frutas y verduras de mi huerta; hemos logrado un justo equilibrio virtuoso.
—Que agradable describe usted su vida; —le confesé—, la ciudad de donde provengo es mucho más conflictiva.
—He estado meditando y escribiendo bastante al respecto, —me dijo el cura muy seriamente—, siempre me hago la misma pregunta: ¿cómo es posible siendo la vida tan bella, complicarnos en situaciones conflictivas, sin necesidad?. Después de decir esto, se levantó y trajo un candelabro para encenderlo, porque la penumbra comenzaba a inundar el lugar, luego me dijo si deseaba quedarme y acompañarlo en la cena, porque no recibía muchas visitas; yo dudé en aceptar entendiendo que era un perfecto desconocido, pero ese hombre hablaba con una tranquilidad que me contagió.
—Acepto padre, pero no puedo retribuir su amabilidad.
—No se preocupe —me dijo. Y después ocurrió algo inesperado, mirando hacia una puerta próxima que estaba abierta exclamó:
—Laura, esta noche tenemos un invitado. —Después de decir esto desde la otra habitación salió una joven, la cual, se acercó al cura y apoyó sus dos manos en los hombros de él y me dijo con una sonrisa:
—Tenemos jamón, tomates, puré de zanahorias, pan y vino.
Yo quedé sorprendido al ver esa mujer y el cura entendió mi actitud.
—Le presento a mi mujer… ya sé lo que opina, pero nosotros no lo ocultamos, preferimos recibir las críticas.
Le dije de inmediato que yo no era quien para criticar nada, y agregué que lo del celibato, era en mi opinión una tontería.
—Hemos formado una familia aquí señor, y queremos vivir a la luz del día, con la protección y guía de Dios, nuestros vecinos son gente humilde, pero poseen una cualidad indispensable para vivir bien, aceptan y entienden las circunstancias de la vida del prójimo, por eso nos aceptaron y nos brindan su inagotable amor, al cual le correspondemos como podemos —me dijo la joven con una sonrisa.
Durante la cena me comentaron hechos muy graciosos; el primer día que hicieron sonar la vieja campana, acudieron un matrimonio mayor, muy sorprendidos pensando que había fantasmas, pero poco a poco se fueron incorporando el resto de la gente.
—La decepción fue cuando en una misa mi marido les contó de nuestra relación; todos se fueron de inmediato, excepto Doña Justa, las más vieja de toda la comunidad; cuando le abrimos nuestro corazón y nuestras intenciones, ella comprendió y uno a uno fue reclutando a los parroquianos, no sabemos qué les dijo, pero se incorporaron todos, a partir de ese momento no faltó nadie a la misa de los domingos.
Charlar con el cura y su pareja fue una caricia a mis sentimientos, la conversación se prolongó en forma muy cordial y me hizo saber que él se dedicaba a estudiar y escribir sobre la teología moral, porque quería presentar su forma de vida al Vaticano, a pesar de saber que se enfrentaba a una estructura muy rígida y corría el riesgo de ser excomulgado, preferiría arriesgarse a mentir.
Yo le di mi opinión positiva al respecto y le mencioné las Iglesias protestantes y evangélicas, pero él me dijo que su argumento para formar un matrimonio siendo cura, se basaba en otros aspectos, fundamentalmente en el amor, sin restricciones.
Después de cenar, había refrescado y el cura encendió un fuego reconfortante en el hogar de la amplia cocina, su mujer se retiró y nos quedamos hablando.
—Le diré algo Francisco —me dijo el cura agregando una astilla al fuego—
Mi padre y madre, están enterrados aquí, son las tumbas que ya habrá visto, él era el Abad de aquí; murió muy mayor, durante toda su vida, cargó sobre sus hombros lo que él ocultó; el amor por mi madre, y ella se fue lejos a tenerme; pero cuando yo tenía diez años, mi madre falleció y una mujer que hacía los quehaceres domésticos aquí me cuidó, jamás supe quien era mi padre hasta cumplir veinte años, yo ayudaba en las tareas de la abadía y una tarde mi padre me llamó y me confesó todo. Allí pude ver a un hombre que ocultó su dolor por tantos años, lloró desconsoladamente, me abrazó y me pidió perdón; ¿se da usted cuenta?, me pidió perdón. A partir de ese día me propuse remediar el sacrificio de mi madre y el dolor de mi padre, entonces decidí comenzar mi formación sacerdotal, y aquí estoy, tratando de que mi vida pueda servirle a otros como yo.
Le pregunté qué argumentos presentaría para lograr llegar al resultado buscado, y esto me dijo:
—Pienso que en la vida, todo hombre necesita una piedra de donde sujetarse cuando la tormenta arrecia; Dios, para mi es ese sustento, pero navegar por un océano bravo, es difícil hacerlo en soledad; con mi mujer que es creyente como yo, hemos tenido que dormir incluso a la intemperie, también caminamos por fangales interminables bajo la lluvia y nos hemos protegido del frío juntos, sin un techo que nos proteja; pero jamás perdimos, ni el rumbo, ni la tenacidad, ni el coraje; nos hemos cuidado mutuamente de todos los peligros, de toda adversidad, de todo sufrimiento…nos amamos Francisco, es tan sencillo y a su vez tan grandioso, estoy seguro que entregaré todos los argumentos y pienso que al menos, nos prestarán atención, no pido nada más, solo un poco de atención. Ambos vivimos con solo lo necesario, del mismo modo que nuestros vecinos, somos parte de una pequeña comunidad que nos acepta, no les mentimos, somos francos con ellos y nuestro estandarte es la familia; la Sagrada Familia. Sabe una cosa, querríamos que aquí mismo nos entierren y también poder tener hijos para guiarlos por el mejor camino. Tenemos una ilusión.
—¿Cuál? —le pregunté.
—Laura quiere casarse vestida de blanco; tengo incluso un cura amigo que está dispuesto a hacerlo…
En la cara de ese hombre, en sus ojos, se reflejaba su alma pura, tan pura como el agua cristalina; nos despedimos y ambos me acompañaron hasta mi camioneta iluminando el camino con un farol.
Cuando me fui de ese lugar era muy tarde, las luces de mi camioneta iluminaban la ruta desolada, y yo continuaba pensando, que me gustaría que el Padre Marcos y su mujer, pudieran lograr su objetivo, los imaginaba disfrutando algún día junto a sus pequeños hijos, de sus vidas sencillas, pero más robustas que una montaña de granito.
sábado, enero 25, 2025
LA NAVIDAD DE LUIS
La fiesta de navidad significaba para Luis el mejor momento del año; aguardaba con ansiedad los obsequios de sus abuelos; para un chico de ocho años, recibir regalos siempre es algo bienvenido y más aún cuando le habían prometido un juego de trenes con estación, vagones y una locomotora enorme que echaba humo al andar.
La mala noticia llegó el veinticuatro por la mañana; habían internado a su abuela de urgencia; la abuela Julia era la única abuela que tenía, y ella era una persona muy especial que tenía siempre para él todas las respuestas.
Al ver la cara de su padre, Luis presintió que algo muy malo sucedía; no se equivocaba; la abuela era muy mayor y su corazón no quiso continuar.
El festejo familiar quedó trunco, y en su casa, tanto su padre como su madre estaban acongojados.
—Hijo, tengo que decirte que la abuela se nos fue para siempre —le susurró su padre abrazándolo.
Esa navidad, pensó el pequeño Luis, no sería como la había imaginado; su abuela no repartiría los paquetes, y no habría sorpresas para festejar; no obstante el abuelo quiso que todos cenaran juntos, argumentando que la abuela los estaría observando, y estar en familia era para ella la prioridad número uno.
A las doce de la noche, pudieron escuchar los festejos de los vecinos, pero en casa de Luis la tristeza inundaba todos los espacios de la casa; el abuelo de Luis, su ejemplo, al igual que su padre, como hombre fuerte y protector de su familia, irrumpió en un llanto incontenible; todos acudieron a abrazarlo para soportar el momento tan ingrato de la insondable ausencia.
Su madre lo abrazó y le aseguró que los momentos tristes de la vida, si se comparten, son menos duros.
Cuando todos se retiraron a descansar, Luis también lo hizo, aún escuchaba risas y festejos de sus vecinos, que se fueron apagando, hasta que todo quedó en silencio. Vino a su mente la cara de su abuela y el cariño que él le tenía. A su angustia por la pérdida irreparable, se sumaba también haber perdido ese festejo navideño familiar que tanto disfrutaba y esperaba. Su vida de niño cambió ese día, algo se rompió en su interior y ahora comprendía que nada dura para siempre. Llorando se quedó dormido.
El sonido de la campana de la estación de trenes lo sobresaltó y él se encontraba parado frente a una enorme locomotora cuya caldera rugía esparciendo su humo, brillantes vagones de madera muy lustrosa aguardaban para que subieran los pasajeros; cuando miró hacia el andén de la vieja estación, en medio de un vapor blanco estaba parada su abuela con una valija de viaje. Luis corrió hacia ella y la abrazó con ganas, su abuela también lo hizo muy fuerte.
—¡Feliz navidad Luis!, te he traído tu regalo como te lo prometí —le dijo su abuela con una enorme sonrisa— quiero que lo disfrutes y que siempre te acuerdes de mí; sabes una cosa, la vida es como un sueño, pasa muy rápido y se convierte en recuerdos, pero es una experiencia muy linda Luis, ya lo verás, disfruta cada momento, no tengas miedo a enfrentar responsabilidades, realiza todos tus proyectos con la fuerza de tu juventud y adquiere experiencia para disfrutar cuando seas adulto. Tampoco mires demasiado para atrás. ¡Sube ahora a tu tren Luis!, disfruta el viaje, recuerda que tu abuela siempre estará aquí en esta estación, por si alguna vez la necesitas.
Luis le dio un fuerte abrazo de despedida, se subió a la poderosa locomotora y la puso en marcha. La pesada máquina comenzó a moverse lentamente hasta tomar velocidad; Luis se asomó para ver a su abuela que lo despedía agitando un pañuelo, después, miró al frente y pudo ver un mundo por conquistar; sabía que estaba soñando; pero todo era muy real. Una luz muy fuerte lo encandiló, cuando abrió sus ojos, un rayo de sol se colaba por la ventana de su habitación, podía aún sentir el poder de la locomotora desplazándose por un campo verde inmenso, y la dulce fragancia de la ropa de su abuela.
Cuando se levantó de su cama a los pies de la misma, alguien había dejado una enorme caja de cartón, en cuyo frente se veía a todo color un tren saliendo del andén de una estación, la misma de su sueño; también junto a la caja estaba la fotografía de su abuela teniéndolo en brazos.
Luis tomó la fotografía, y la observó un largo rato, después, levantó del piso su regalo y lo guardó en un estante de su placard.
Nunca abrió esa caja, la misma quedó allí con su contenido intacto.
Muchas navidades pasaron, muchos acontecimientos tuvo que enfrentar Luis; agradables; buenos y malos, hasta que se convirtió en un hombre, se casó y también tuvo un hijo, y su hijo le dio un nieto. Y llegó el día de poder disfrutar de la experiencia y de la vida apacible; también llegó su última navidad, o al menos eso presentía.
Su casa era muy vieja ahora; faltaban pocos minutos para las doce; Luis, tomó de la mano a su nieto, y lo llevó a la antigua habitación, con esfuerzo pudo sacar del placard la caja con el tren, frente a su nieto la abrió, y este quedó deslumbrado.
Esa navidad Luis disfrutó por fin de su regalo, pero junto a su nieto, que era un pedazo de su alma, y ahora reía y festejaba de alegría, viendo surcar la pequeña locomotora sobre la mesa del comedor, tirando humo; el juguete tan ansiado salió de su caja para hacer feliz a un niño; o a dos.
Esa fue la última navidad de Luis; pero quizá el viaje aún no termina y continúa manejando su poderosa locomotora, la cual deja una larga estela de humo blanco recortada sobre un cielo azul de un atardecer majestuoso; desplazándose por un campo infinito.
¡Feliz Navidad!
sábado, octubre 05, 2024
MARTE (primer entrega)
Esta nueva historia que quiero contar estimado lector, es sobre el futuro posible de la humanidad. Puedo decir sin equivocarme que la raza humana se encuentra en un grado de evolución, para bien o para mal, fantástico; tan fantástico es, que dentro de algunas décadas vamos a poder ver el cielo nocturno, elegir un lugar de nuestro sistema solar, viajar hasta allí y tocar el suelo de ese planeta o ese satélite con nuestras manos.
Para contar esta historia tomaré como herramienta principal a la Inteligencia artificial (IA), más precisamente a Gemini de Google; ella me ayudará a incorporar datos precisos. También utilizaré sitios como Meta AI para generar imágenes, e información de un sitio al que admiro, Wikipedia.
Se desarrollará en un futuro, en el cual el homo sapiens ya haya conseguido pisar y comenzar a poblar el suelo Marsiano. Planeta que desveló a pensadores y científicos desde épocas remotas.
Pero primero quiero comenzar dando una información más detallada sobre Marte y otros aspectos de la actual conquista espacial.
Mi primera pregunta a la inteligencia artificial (IA) es esta: ¿Cuando fue descubierto Marte?; esta es su respuesta:
“Marte no fue "descubierto" en el sentido de que alguien lo haya visto por primera vez. Como uno de los cinco planetas visibles a simple vista desde la Tierra, ha sido observado por la humanidad desde tiempos inmemoriales.
Lo que sí podemos decir es que a lo largo de la historia, nuestra comprensión de Marte ha evolucionado significativamente.
Observación a simple vista: Las primeras civilizaciones ya registraban los movimientos de Marte en el cielo nocturno, asociándolo a menudo con deidades o eventos importantes.
La era de los telescopios:
Galileo Galilei fue el primero en observar Marte a través de un telescopio en 1610, ofreciendo las primeras observaciones detalladas del planeta.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII, otros astrónomos refinaron las observaciones, creando mapas detallados de la superficie marciana.
Exploración espacial:
Siglo XX: Con el advenimiento de la era espacial, las sondas espaciales enviadas por la NASA y otras agencias espaciales nos proporcionaron imágenes de alta resolución y datos científicos sin precedentes sobre Marte.
Hoy en día: Marte sigue siendo un foco de atención para la exploración espacial, con rovers como Curiosity y Perseverance explorando activamente su superficie y buscando signos de vida pasada.
En resumen, no hay una sola persona o fecha que marque el "descubrimiento" de Marte. Más bien, es el resultado de siglos de observación y exploración, que continúan hasta el día de hoy.
Misiones exitosas de aterrizaje en Marte:
Si bien la lista completa es extensa, algunos de los aterrizajes más significativos incluyen:
Viking 1 y 2: Estas sondas gemelas de la NASA fueron las primeras en aterrizar exitosamente en Marte en 1976. Realizaron experimentos para buscar signos de vida y enviaron las primeras imágenes detalladas de la superficie marciana.
Pathfinder: En 1997, la NASA envió el Pathfinder, una misión más pequeña y de bajo costo que incluía el rover Sojourner. Esta misión marcó un hito al ser la primera en desplegar un rover móvil en otro planeta.
Spirit y Opportunity: Estos dos rovers gemelos de la NASA aterrizaron en 2004 con la misión de explorar la geología marciana y buscar evidencia de agua líquida en el pasado. Superaron con creces sus expectativas de vida útil, enviando una gran cantidad de datos científicos.
Curiosity: Lanzado en 2011 y aterrizado en 2012, el Curiosity es un rover mucho más grande y avanzado que sus predecesores. Su misión principal es determinar si Marte alguna vez pudo albergar vida microbiana.
Perseverance: El último rover en llegar a Marte, en febrero de 2021, es el Perseverance. Su misión es buscar signos de vida antigua y recolectar muestras de rocas y suelo para su eventual retorno a la Tierra.
La exploración de Marte ha sido un hito en la historia espacial, y varias misiones han logrado posar artefactos humanos en su superficie.
¿Por qué es importante explorar Marte?
La exploración de Marte es crucial por varias razones:
Comprender el origen y evolución del sistema solar: Estudiar Marte nos ayuda a entender mejor cómo se formaron los planetas rocosos y cómo evolucionó la vida en la Tierra.
Buscar signos de vida pasada o presente: La posibilidad de encontrar evidencia de vida más allá de la Tierra es uno de los objetivos más emocionantes de la exploración espacial.
Prepararnos para futuras misiones tripuladas: Las misiones robóticas nos permiten probar tecnologías y adquirir conocimientos que serán esenciales para enviar humanos a Marte en el futuro.
¿Qué sigue para la exploración de Marte?
La exploración de Marte está en constante evolución. Además de las misiones robóticas, se están desarrollando planes para enviar misiones tripuladas en las próximas décadas. Estas misiones representarán un salto gigante en la exploración espacial y podrían marcar el comienzo de una nueva era en la historia de la humanidad.
El rover Perseverance ha realizado una serie de descubrimientos cruciales en Marte desde su llegada en febrero de 2021. Algunos de sus hallazgos más importantes incluyen:
Evidencia de un antiguo lago: Perseverance ha encontrado rocas sedimentarias que se formaron en un antiguo lago, lo que sugiere que en el pasado Marte pudo haber albergado agua líquida y, potencialmente, vida microbiana.
Materia orgánica: El rover ha detectado compuestos orgánicos en muestras de rocas marcianas. Aunque la presencia de materia orgánica no implica necesariamente la existencia de vida, es un indicio prometedor y abre nuevas líneas de investigación.
Condiciones habitables en el pasado: Los datos recopilados por Perseverance sugieren que en el cráter Jezero, donde se encuentra el rover, existieron las condiciones ambientales necesarias para que pudiera haberse desarrollado vida microbiana hace miles de millones de años.
El éxito del helicóptero Ingenuity: Perseverance llevó consigo al helicóptero Ingenuity, que se convirtió en la primera aeronave en realizar un vuelo controlado y con motor en otro planeta. Este hito abre nuevas posibilidades para la exploración de Marte en el futuro.
Recolección de muestras: Una de las tareas más importantes de Perseverance es recolectar muestras de rocas y suelo marciano para su eventual retorno a la Tierra. Estas muestras serán analizadas en laboratorios terrestres con instrumentos mucho más sofisticados que los que pueden llevar a Marte.
Estos descubrimientos son solo algunos ejemplos de los avances que ha logrado Perseverance en la exploración de Marte. Cada nuevo dato que envía el rover nos acerca más a comprender la historia de nuestro vecino planetario y a responder a la pregunta fundamental de si alguna vez existió vida en Marte.
No podemos dejar de nombrar para los datos preliminares de esta historia al empresario Elon Musk y una de sus empresas Space X, ¿que nos puedes decir (IA) sobre este hombre y una de sus principales empresas?; esta es su respuesta:
¡Claro! Elon Musk y SpaceX son temas fascinantes que han revolucionado la industria aeroespacial. Aquí te presento una visión general:
Elon Musk: El visionario detrás de SpaceX
Emprendedor tecnológico: Elon Musk es conocido por su visión futurista y su capacidad para transformar ideas ambiciosas en realidad. Además de SpaceX, ha fundado empresas como Tesla (automóviles eléctricos) y Neuralink (interfaces cerebro-computadora).
Objetivo: Colonizar Marte: Musk tiene como objetivo a largo plazo hacer posible la vida en Marte, convirtiendo al planeta rojo en un segundo hogar para la humanidad. SpaceX trabaja incansablemente para desarrollar la tecnología necesaria para lograr este ambicioso objetivo.
SpaceX: Pioneros en la nueva era espacial
Democratización del espacio: SpaceX ha sido pionera en reducir significativamente los costos de acceso al espacio, lo que ha permitido a más empresas y organizaciones participar en la exploración espacial.
Innovaciones tecnológicas: La empresa ha desarrollado una serie de innovaciones revolucionarias, como los cohetes reutilizables Falcon 9 y Falcon Heavy, la cápsula Dragon para el transporte de astronautas y carga a la Estación Espacial Internacional (EEI), y el sistema de lanzamiento Starship, diseñado para misiones de larga duración a la Luna y Marte.
Constelación Starlink: SpaceX está construyendo una mega constelación de satélites llamada Starlink, con el objetivo de proporcionar internet de alta velocidad a todo el planeta, incluso en las zonas más remotas.
Logros destacados de SpaceX:
Primeros vuelos comerciales a la EEI: SpaceX se convirtió en la primera empresa privada en enviar astronautas a la EEI, abriendo una nueva era de la exploración espacial comercial.
Reutilización de cohetes: La capacidad de reutilizar los cohetes ha reducido significativamente los costos de lanzamiento y ha aumentado la frecuencia de las misiones espaciales.
Desarrollo de Starship: Starship es considerado el vehículo espacial más poderoso jamás construido y tiene el potencial de revolucionar los viajes espaciales.
¿Qué más puedes decirme sobre SpaceX?
Misión Artemis: SpaceX está colaborando con la NASA en la misión Artemis, cuyo objetivo es regresar a la Luna y establecer una presencia humana sostenible en nuestro satélite natural.
Turismo espacial: La empresa también está desarrollando planes para ofrecer vuelos espaciales comerciales, permitiendo a los turistas experimentar la microgravedad y disfrutar de vistas impresionantes de la Tierra.
En resumen, Elon Musk y SpaceX están transformando la industria aeroespacial y acercando la exploración espacial a la realidad. Sus innovaciones y ambiciosos objetivos están inspirando a millones de personas en todo el mundo.
Elon Musk: El visionario detrás de SpaceX
Emprendedor tecnológico: Elon Musk es conocido por su visión futurista y su capacidad para transformar ideas ambiciosas en realidad. Además de SpaceX, ha fundado empresas como Tesla (automóviles eléctricos) y Neuralink (interfaces cerebro-computadora).
Objetivo: Colonizar Marte: Musk tiene como objetivo a largo plazo hacer posible la vida en Marte, convirtiendo al planeta rojo en un segundo hogar para la humanidad. SpaceX trabaja incansablemente para desarrollar la tecnología necesaria para lograr este ambicioso objetivo.
Según las últimas declaraciones de Elon Musk:
Primeros vuelos tripulados a Marte: Se espera que los primeros vuelos con tripulación hacia Marte ocurran alrededor de 2026. Estos vuelos iniciales servirán para probar la tecnología y establecer una presencia humana básica en el planeta.
Ciudad autosuficiente en Marte: El objetivo a largo plazo es construir una ciudad marciana completamente autosuficiente. Musk estima que este objetivo podría alcanzarse en aproximadamente 20 años a partir de los primeros vuelos tripulados. Esto situaría la creación de una ciudad marciana alrededor de 2046.
Sin embargo, es crucial tener en cuenta lo siguiente:
Desafíos técnicos: Colonizar Marte presenta desafíos técnicos enormes, como la producción de oxígeno y agua en el planeta, la protección contra la radiación cósmica y las tormentas de polvo, entre otros.
Ventanas de lanzamiento: Las misiones a Marte se realizan aprovechando las ventanas de lanzamiento que ocurren cada 26 meses, cuando la Tierra y Marte están más cerca. Esto significa que el progreso de la colonización podría verse afectado por estos ciclos orbitales.
Imprevistos: En cualquier proyecto de esta magnitud, siempre pueden surgir imprevistos que retrasen o modifiquen el plan original.
En resumen, aunque Elon Musk y SpaceX tienen un cronograma ambicioso, es difícil predecir con exactitud cuándo se establecerá una base permanente en Marte. Lo que sí es seguro es que la empresa está trabajando arduamente para hacer realidad este sueño y está liderando una nueva era de la exploración espacial.
PRINCIPIO DE LA HISTORIA
PLANETA TIERRA, AÑO 2095
La reunión terminó a los gritos, los proveedores del proyecto de la construcción del súper hotel en Marte, estaban tan exaltados que se fueron empujando sus sillas con violencia. Solo quedaron en la sala de reuniones el gerente Frank Wues y el subgerente Henry Look.
—¡Estamos en graves problemas Henry!, nos demandarán por miles de millones de dólares por nuestro retraso, y suspender los trabajos será una catástrofe.
—Si todo se descarrila no podemos seguir invirtiendo en la base…nuestros inversionistas querrán vender sus acciones y todo se irá al diablo. —decía el subgerente, mirando por el amplio ventanal, en donde se observaba la espectacular silueta del cohete espacial.
—No pudo creer que tengamos que recurrir a él; esperó y esperó hasta que consiguió su objetivo —cuando decía esto el gerente encolerizado pegó un golpe con su puño en la mesa— ¡Lo único que te digo Henry es que no aceptaré que tengamos que esperar que nos atienda!, ¡prefiero convertirme en un mendigo!. Estos argentinos son todos iguales, si saben que están en una posición superior para negociar, su ego es infinito. ¡Lo desprecio a este mal nacido; consiguió lo que pretendía!.
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